El presidente de Filipinas ha endurecido las medidas contra la COVID-19 tras detectarse pacientes con la variante británica, más contagiosa.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, volvió a prohibir a los niños de entre 10 y 14 años que salgan de sus casas y les pidió que vean la televisión, mientras el país lucha contra el coronavirus.
Las órdenes de no salir de casa para todos los niños y ancianos se han mantenido en la mayor parte del país desde el comienzo de la pandemia, incluso cuando la economía se reactivó después del confinamiento y las restricciones.
"Vuelvan a sus casas (...) Pueden fijar su atención al televisor todo el día", dijo Duterte.
Aunque muchos padres se han saltado las normas, permitiendo a sus hijos jugar en los parques o en la calle, la medida ha llevado a las familias a no visitar los centros comerciales, que son los centros de la vida en común y de consumo. Las aulas también han permanecido cerradas.
El viernes pasado, el grupo de trabajo del gobierno sobre el coronavirus anunció que los niños de 10 a 14 años podrían volver a salir al exterior a partir de febrero.
Pero Duterte revocó la decisión a última hora del lunes, diciendo que no quería arriesgarse a que los jóvenes se contagiaran de la variante británica, más contagiosa, que hasta ahora ha infectado a 17 personas en el país, entre ellas tres niños.
El número de infectados por coronavirus en Filipinas, más de medio millón, es uno de los más altos del sudeste asiático. (AFP)
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