Autopistas arrasadas por la furia de los ríos, inundaciones y constantes derrumbes estremecen Japón. Bomberos, policías y soldados buscan entre los escombros a muertos y desaparecidos.
Fuertes lluvias que golpean el sur y oeste de Japón desde hace una semana, dejaron hasta el momento decenas de muertos y alrededor de 50 desaparecidos, según la cadena pública de televisión de ese país NHK.
Inundaciones seguidas de derrumbes y un sismo de 5.9 magnitud que sacudió el país asiático la noche del sábado sin generar peligro de tsunami han intensificado la preocupación de autoridades y de la población.
La mayoría de los fallecidos, sobre todo en Hiroshima y Ehime, fueron arrastrados por las crecidas de los ríos, cayeron accidentalmente a sus aguas o se vieron sorprendidos en sus viviendas por aludes de tierra y la subida del nivel del agua.
La prefectura de Gifu (centro del país) es la única que sigue en alerta máxima después de que se levantaran progresivamente las decretadas en Fukuoka, Nagasaki, Saga, Hiroshima, Kioto, Okayama, Tottori y Hyogo.
Otras 26 de las 47 provincias de Japón siguen en alerta (aunque de menor grado), por el riesgo de accidentes. En Okayama, una de las más afectadas, unas ochenta personas quedaron temporalmente aisladas tras inundarse una residencia de ancianos, mientras que más de una decena de ciudadanos se refugió en el tejado de su vivienda para huir de la crecida del agua.
Seguridad y efectos del desastre
Unos 48.000 efectivos, entre soldados de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército), policías y bomberos, participan en las labores de búsqueda y recuperación de heridos y cadáveres.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, calificó de "muy serio" lo ocurrido y pidió a las autoridades locales que den prioridad a "salvar vidas" y tomen medidas para evitar más daños. Las lluvias también afectaron la red de transporte, con la suspensión de los servicios del tren bala (Shinkansen) en casi todo el territorio, así como a la actividad comercial y empresarial.
El constructor automovilístico Mitsubishi Motors suspendió la producción en su planta de Okayama ante la falta de suministros de componentes, mientras que Daihatsu Motor, la unidad de fabricación de minivehículos de Toyota Motor, hizo lo propio con sus factorías de Osaka y Kioto por el mismo motivo.
(Información de AFP)
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