El pasado lunes once soldados y un policía murieron en un ataque del Ejército de Liberación Nacional.
Nueve de los once miembros de las Fuerzas Armadas colombianas que murieron el pasado lunes junto a un policía en un ataque guerrillero fueron despedidos ayer en una misa a la que asistió el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
A la ceremonia religiosa, que se celebró en la Escuela Militar José María Córdova de Bogotá, acudieron también los familiares de los fallecidos, así como varios ministros del Gobierno y altos mandos militares, según informaron fuentes de la Presidencia.
Cuando los once féretros llegaron al recinto eclesial de la escuela militar, los familiares se acercaron para reconocer los de sus seres queridos por las placas identificativas colocadas en la tapas, según pudo comprobar Efe.
Los féretros fueron introducidos en formación militar dentro de la iglesia y, después de una hora de ceremonia religiosa, los familiares quedaron a solas para darles un último adiós.
El pasado lunes once soldados y un policía murieron en un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra una patrulla en una zona rural del municipio de Güicán, en el noreste de Colombia.
Los militares transportaban los votos depositados en un resguardo indígena durante los comicios locales y regionales del pasado domingo.
En el combate, el ELN también secuestró a dos soldados, identificados como Andrés Felipe Pérez y Antonio Rodríguez Clayder, que inicialmente habían sido dados por desaparecidos junto con otras personas.
Después del ataque, los guerrilleros colocaron minas alrededor de los cuerpos de los doce muertos "con el fin de que quienes iban a hacer la labor humanitaria de recogerlos también perecieran", según explicó este miércoles el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
EFE
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