El número de nuevos casos en Estados Unidos es el más alto desde que la COVID-19 comenzó al golpear este país. En medio de todo esto, el uso de las mascarillas se ha politizado y se ha convertido en la manzana de la discordia entre republicanos y demócratas.
Las restricciones por la pandemia del nuevo coronavirus y la obligatoriedad de usar o no mascarilla alimentan las divisiones políticas en Estados Unidos, donde los casos de covid-19 se multiplican en los estados más poblados del sur y oeste del país. El número de muertes diarias, no obstante, disminuyó en el último mes, algo de lo que se vale el gobierno de Donald Trump para minimizar el rebrote.
Sin embargo, los números de casos diarios en el país son los más elevados desde la aparición del nuevo coronavirus (más de 40 mil), y varios estados, en particular los del sur y oeste, están dando marcha atrás en las medidas de desconfinamiento. Ciudades como Houston (Texas) y Phoenix (Arizona) temen lo peor en materia de muertos en las próximas semanas.
Asunto partidario
La mascarilla se ha convertido en un asunto partidario: es rechazada por el presidente republicano y utilizada por los líderes de la oposición demócrata, en particular por su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, Joe Biden. Esas posturas se replican en la población: tres cuartas partes de los demócratas dicen usarlas, contra la mitad de los republicanos, de acuerdo con una encuesta de Pew.
Por tanto, las medidas para contener el rebrote dependen de las divisiones políticas y geográficas, en ausencia de un liderazgo federal, tras el confinamiento dictado en marzo y levantado en mayo. El gobernador del estado de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, dijo este lunes que Donald Trump debe ordenar el uso obligatorio de la mascarilla.
En este estado de la costa este, que fue epicentro de la pandemia, los restaurantes solo pueden tener mesas en el exterior y no reabrirán el lunes como estaba previsto, debido a la experiencia "problemática" de otros estados que debieron dar marcha atrás en la medida ante un aumento exponencial de casos. En ese marco, se anunció además que Broadway, el emblemático distrito teatral de la ciudad de Nueva York, permanecerá cerrado al menos hasta enero de 2021. El gobernador neoyorquino ha acusado a la Casa Blanca de estar "en negación" desde el comienzo de la pandemia.
"Negación"
En respuesta al rebrote, estados como California, Nevada, Carolina del Norte, Washington, todos gobernados por demócratas, ordenaron en las últimas dos semanas el uso obligatorio de mascarilla en lugares públicos, entre otras medidas. Sin embargo, en otras estados donde también se registra un importante aumento de los casos de COVID-19, como Texas, Florida y Arizona, cuyos gobernadores son republicanos y aliados de Trump, se conforman solo con recomendar el uso de la mascarilla, aunque han cerrado bares y restringido la actividad.
La ciudad de Jacksonville, en Florida, donde los republicanos celebrarán su convención nacional en un evento que Donald Trump esperaba libre de distanciamiento físico, anunció el uso obligatorio de barbijo a partir de este lunes. Miami y otras ciudades también decidieron cerrar nuevamente las playas a partir del próximo fin de semana, largo debido al feriado nacional del viernes.
Puntos de diagnóstico
Centenares de personas hicieron cola en sus coches el fin de semana en Florida y Texas en puntos donde se hacen hisopados pata detectar el virus, instalados en estacionamientos, hospitales, centros de conferencias, estadios... Debido a la afluencia récord, en el punto de chequeo dispuesto en el United Memorial Medical Center Tidwell, en Houston, hay que hacer cola desde las tres o cuatro de la mañana para hacerse la prueba. La gente lleva sus almohadas y cobertores para dormir en el auto mientras aguardan su turno.
“La primera vez que me hice el test, hace unas dos semanas, no había nadie esperando", dice Maria Solis, de 22 añoñs, que vino a hacerse una segunda prueba para ver si puede salir de la cuarentena. "Ahora hay tanta gente que da miedo". Fernando Galvez, estudiante de medicina de 24 años, espera desde hace siete horas: "Es una locura", dijo a la AFP.
Para los epidemiólogos, la tendencia es evidente. Trece estados, entre ellos California, Texas y Florida, los tres más poblados del país, registrarán más muertos en las próximas cuatro semanas que en las cuatro previas, de acuerdo con la última estimación publicada lor los Centros de Control de Enfermedades (CDC). Estados Unidos, que actualmente registra casi 130 000 muertos, puede esperar entre 5 000 y 20 000 nuevos decesos hasta el 18 de julio.
(Con información de AFP)
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