El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que todos los días realizan 16,000 pruebas diarias para detectar el nuevo coronavirus.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, informó este lunes de que los casos de COVID-19 en el estado, epicentro de la pandemia en EE.UU., han ascendido casi un 38% en un día, hasta 20.875, como resultado de una capacidad para hacer 16.000 pruebas diarias que es superior a la del resto del país e incluso a la de Corea del Sur en términos per cápita, según señaló.
"Desde el 13 de marzo, hemos pasado de hacer 1.000 test al día a 16.000. Es más que ningún otro estado en EE.UU., es más per cápita que Corea del Sur, que tenía la medalla de oro de las pruebas. Ellos estaban haciendo 20.000 al día en una población mucho más grande, el doble que la de Nueva York. Nosotros hacemos 16.000 pruebas diarias y comparado con China o Corea del Sur, per cápita, es más alto", explicó Cuomo en una rueda de prensa.
Cuomo insistió en que "los números seguirán incrementándose porque se están haciendo más test" y desgranó que los nuevos positivos detectados del domingo al lunes han sido 5.707, más de la mitad en la ciudad de Nueva York (3.260), y los fallecidos ascienden a 157. De las 20.875 personas con COVID-19 en todo el estado, han sido hospitalizadas 2.635 (el 13%) y, de ellas, están en cuidados intensivos 621 (el 24% de estas).
Cuomo firmó además este lunes una orden de emergencia para que los hospitales incrementen en un 50% su capacidad, como mínimo, y advirtió que el objetivo es que lo hagan en un 100%, resaltando como ha hecho en los últimos días que se "necesitan respiradores y camas de cuidados intensivos": "Tenemos 53.000 camas pero podemos necesitar unas 110.000", afirmó.
Asimismo, señaló que "el mayor problema de control de densidad de la población lo tiene la ciudad de Nueva York" y, pese a que anoche entró en vigor el estricto plan de "pausa" que obliga al 75% de los trabajadores a quedarse en casa, espera un plan específico "que se centre en la gente joven y sus encuentros" porque ellos pueden contagiarse del virus y transmitirlo de manera "imprudente" y "contra el espíritu cívico".
Explicó que el estado enviará más de 850.000 mascarillas quirúrgicas a los hospitales y 350.000 guantes, entre otros productos médicos de primera necesidad, pero urgió también al gobierno federal de Donald Trump a utilizar la Ley de Producción Defensiva para mejorar su abastecimiento porque "el suministro es un problema en todo el país".
Esa ley, sostuvo, "no implica nacionalizar cada sector, sino decirle a una fábrica que fabrique cierta cantidad de materiales. No podemos esperar a que nos ofrezcan esto o lo otro. Es una ejecución de poder gubernamental sobre el sector privado. ¿Y qué? Es una emergencia nacional y las firmas van a estar muy bien pagadas", aseveró.
Cuomo pidió mentalizarse de que la situación se alargará "varios meses" y asumió la "responsabilidad por parar la economía", pero agregó que ya trabaja en "un plan de vuelta a la economía funcional, que incluya una estrategia de salud pública", con cuestiones como si todo el mundo debería retornar a la vez al trabajo o la gente joven debería hacerlo antes, además de opciones para hacer pruebas a segmentos de la población para averiguar si han desarrollado anticuerpos que los inmunicen.
Mientras tanto, y en tono tranquilizador, recordó que "mucha gente cogerá el virus, hasta un 80%, pero pocos estarán realmente en peligro" y en ese sentido instó a los neoyorquinos a estar "socialmente distanciados pero conectados espiritualmente" y buscar "lo positivo" de una vida "más silenciosa" pero con "comida en los supermercados, con gasolina en las gasolineras y sin razones para una ansiedad extraordinaria".
(EFE)
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