Clarisa Figueroa y su hija Desireé, sospechosas de haber estrangulado a Marlen Ochoa y arrancarle del vientre su bebé, comparecieron en un tribunal de Chicago por el delito de homicidio en primer grado.
Los tres sospechosos de matar a Marlen Ochoa en Chicago (Estados Unidos) en abril pasado comparecieron este lunes en una audiencia judicial a la que también acudieron familiares de la víctima. Ellos son acusados también de arrancar del vientre de Marlen a un bebé en avanzado estado de gestación
Clarisa Figueroa, de 46 años, y su hija Desiree Figueroa, de 24, ambas vestidas con un uniforme color naranja de prisión, y el novio de la primera, Piotr Bobak, vestido de civil, se presentaron ante la corte, en donde asignaron a las mujeres dos defensores públicos, mientras que Bobak, de 40 años, se presentó con un abogado privado.
Hal M. Garfinkel, el abogado de Bobak, pidió al juez que su cliente sea transferido del Correccional Pontiac, en donde está detenido, a la Cárcel del Condado de Cook, en donde están las dos acusadas en el mismo caso.
Clarisa y Desiree enfrentan un cargo de homicidio en primer grado y Bobak un cargo de ocultamiento de un homicidio, aunque el juez del caso decidió posponer al próximo 12 de junio la vista en la que acusará formalmente a los tres sospechosos.
"Tengo bastante confianza que mi cliente será absuelto", dijo Garfinkel a la agencia Efe al margen de una audiencia a la que acudieron familiares de la joven, incluyendo su padre, Arnufo Ochoa; su esposo, Jovany López; y sus abuelas maternas, Benigna Pérez Castañeda y Custodia Castro Rodríguez.
Las abuelas habían expresado previamente su deseo de asistir a la corte y mirar a los tres acusados a la cara para mitigar en algo su dolor por la pérdida de Marlen, desaparecida el 23 de abril pasado.
Frente a frente en audiencia
Juana María Colunga Cárdenas, suegra de la fallecida, dijo a Efe al concluir la audiencia que fue una vista judicial muy dura. "Estuve muy conmocionada, hasta me tembló el corazón de ver a esa gente tan diabólica", afirmó.
Por otro lado, el hospital Advocate Christ anunció este lunes que el bebé arrancado del vientre a su madre sigue sin respirar por sí solo, tal y como se había reportado este fin de semana. El recién nacido sigue conectado a un ventilador artificial y permanece en condición crítica, en un caso que ha conmocionado al país.
La investigación apunta a que Clarisa Figueroa atrajo a Ochoa con la promesa de regalarle ropa de bebé para su futuro hijo, pero, con la colaboración de Desiree, la estranguló con un cable eléctrico y a continuación retiraron el bebé del vientre de la madre, quien debía dar a luz el 5 de mayo.
Fue entonces que, según la policía, Clarisa hizo una llamada al teléfono de emergencia 911 para avisar de que el niño recién nacido tenía problemas para respirar, tras lo cual fue transportado en estado crítico a un hospital cercano, donde se encuentra con daños cerebrales.
Su hija declaró a los agentes que su madre había dado a luz al bebé, aunque luego las pruebas de ADN confirmaron que el recién nacido es hijo de la víctima, cuyo cuerpo apareció días después en el patio de la vivienda de los sospechosos.
EFE
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