Entre sus teorías destacaban la de que la reina británica Isabel II era una traficante de drogas o que el Fondo Monetario Internacional creó y propagó el VIH.
El ocho veces aspirante a la Casa Blanca y precursor de teorías conspirativas varias Lyndon H. LaRouche Jr. murió este martes a los 96 años.
Su muerte fue anunciada el miércoles en la página web de su organización política, La Rouche/Pac, que no detalló el lugar ni las causas del deceso.
"La humanidad ha sufrido una gran pérdida y, hoy nos dedicamos nuevamente a hacer realidad las grandes ideas por las cuales la historia lo honrará", apuntó La Rouche/Pac.
Entre sus teorías destacaban la de que la reina británica Isabel II era una traficante de drogas o que el Fondo Monetario Internacional creó y propagó el VIH.
LaRouche nació en 1922 en Nuevo Hampshire y creció en el seno de una familia anticomunista y devota del culto de los cuáqueros.
En su juventud abrazó el ideario de izquierda y se afilió a un grupo trotskista estadounidense, pero tras una estadía en la República Federal Alemana regresó a EE. UU. con ideas de ultraderecha y antisemitas.
Fue entonces cuando creció su influencia y la de sus teorías conspirativas en la política estadounidense.
LaRouche aspiró a la Casa Blanca en ocho ocasiones entre 1976 y 2004, las siete últimas participando en las primarias del Partido Demócrata.
Su mejor resultado fue en las de 1984, cuando reunió 76.000 votos presentándose como un "demócrata conservador".
Su pensamiento
LaRouche aseguraba que numerosos altos cargos estadounidenses eran agentes soviéticos infiltrados y que la CIA, la KGB y la inteligencia británica conspiraban para matarle.
De la familia Bush decía que fueron colaboradores de los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial y al expresidente Barack Obama primero le alertó de que el Imperio Británico quería asesinarle, para después pedir su impeachment.
Sobre el actual presidente estadounidense, Donald Trump, LaRouche dijo: "Desde William McKinley que ningún presidente ha tenido tan claro su intento de devolver la nación a la tradición económica de Alexander Hamilton, poner fin a las políticas de libre comercio imperial británico y comprometerse plenamente con la industria, la manufactura, el avance científico y la paz mundial". (EFE)
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