Wesley Purkey fue condenado por el secuestro y asesinato de una adolescente de 16 años, así como por la muerte de una mujer de 80 años. Sin embargo, la suspensión de la aplicación de la pena capital en EE.UU. a nivel federal hizo que estuviera en el ‘corredor de la muerte’ desde 2003.
La autoridades federales de Estados Unidos llevaron a cabo este jueves la segunda ejecución de un reo desde 2003, la de Wesley Purkey, un hombre de 68 años condenado por el secuestro y asesinato de una joven adolescente en 1998, después de recibir la autorización final de la Corte Suprema de EE.UU.
El reo estaba en el corredor de la muerte desde 2003, cuando fue condenado por una corte federal por el secuestro y asesinato de Jennifer Long, una adolescente de 16 años, en el estado de Kansas en 1998. Sin embargo, Purkey se benefició del paréntesis en las ejecuciones federales que habían llevado a cabo las diferentes Administraciones hasta la de Donald Trump, que reanudó esta semana la aplicación de la pena capital por parte de las autoridades federales, tras 17 años de parón, con la muerte de Daniel Lewis el martes.
Estaba previsto que la ejecución de Purkey fuera el miércoles, pero la jueza federal de Washington D.C. Tanya S. Chutkan la bloqueó, alegando que el reo sufría de demencia y otros problemas psiquiátricos y trasladó la responsabilidad a la Corte Suprema. Finalmente el preso, que había sido condenado también por la muerte de una mujer de 80 años en 1998, recibió este jueves la inyección letal en Terre Haute (Indiana) después de que el Supremo autorizará su muerte a primera hora de la mañana por 5 votos a favor y 4 en contra.
“No deberíamos tener que esperar tanto”
La ejecución fue aprobada con los votos de todos los jueces, a excepción de Stephen Breyer, Sonia Sotomayor, Ruth Bader Ginsburg y Elena Kagan. Antes de morir, Purkey dijo: "Lamento profundamente el sufrimiento que he causado a la familia de Jennifer, lo siento mucho. Me arrepiento profundamente del dolor que he causado a mi hija, a la que amo muchísimo".
El padre y la madrastra de Jennifer Long, William y Olivia Long, lamentaron los constantes recursos interpuestos por la defensa del acusado a lo largo de todo el proceso. "Ha tardado demasiado... Todas estas apelaciones, algunas de ellas repetidas varias veces. Y luego nos sentamos en una camioneta durante cuatro horas esta mañana mientras él hacía muchas más apelaciones ... Simplemente no deberíamos tener que esperar tanto", expresó Olivia.
Críticas
La ejecución federal de este jueves, la segunda de las tres previstas esta semana -hay otra programada para el viernes, aunque de momento está bloqueada por una orden de la jueza Chutkan-, ha sido duramente criticada, al igual que la reanudación de la pena capital por parte de las autoridades federales tras un paréntesis de 17 años.
"No había ninguna razón para que esta Administración reiniciara las ejecuciones federales ahora, después de un paréntesis de casi dos décadas, durante la peor crisis de salud pública de nuestra vida, excepto para distraernos de sus fallos", dijo directora de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), Cassandra Stubbs, según recogen medios locales.
(Con información de EFE)
Comparte esta noticia