El edificio, ubicado a 101 kilómetros al norte de Managua, fue incendiado por hombres en motocicletas y encapuchados, según los testigos.
La Iglesia católica denunció este lunes una nueva agresión en su contra en Nicaragua, luego de que un grupo de desconocidos incendió la sede de la organización benéfica Caritas, en medio de una crisis que ha dejado más de 351 muertos en protestas contra Daniel Ortega.
La sede de Cáritas, ubicada a 101 kilómetros al norte de Managua, fue incendiada por hombres en motocicletas y encapuchados, según los testigos. El clero nicaragüense ha sufrido todo tipo de ofensas a través de redes sociales por personas que defienden a Ortega y que consideran que los sacerdotes están contra su Gobierno.
"Incendio registrado a altas horas de la noche en las oficinas de Caritas, en el municipio de Sébaco (norte). Rechazamos este y otros hechos que durante las últimas semanas han perjudicado al pueblo nicaragüense y a la Iglesia", informó la Diócesis de Matagalpa.
La Iglesia católica y sus más altos representantes, que participan en el diálogo nacional entre el Gobierno y la sociedad civil para buscar una salida a la crisis, ha sufrido diversos tipos de agresiones por parte de grupos oficialistas desde el estallido social de abril pasado.
El más sonado ocurrió en la parroquia de la Divina Misericordia, al sur de Managua, que durante 13 horas este fin de semana fue atacada con armas de guerra por las "fuerzas combinadas" del Gobierno, por servir de albergue a estudiantes universitarios que escapaban de las balas, con saldo de dos muertos.
"Recordamos que este tipo de actos no contribuyen a la paz y únicamente perjudican y acrecientan el estado de crisis que vive el país. Además la Iglesia siempre y a pesar de obstáculos, señalamientos y amenazas continuará acompañando al pueblo", reiteró la Diócesis matagalpina.
Ola de protestas
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país".
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado. La chispa fue el incremento del 5% en el sistema de pensiones. Ahora Nicaragua vive una especie de incendio incontrolable. La exigencia ahora es la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción. (Información de EFE).
Comparte esta noticia