El presidente ruso, Vladímir Putin, tachó de "robo" el uso de activos rusos congelados para ayudar a Ucrania a resistir contra sus tropas, y prometió responder, después del acuerdo sellado en ese sentido por los líderes del G7.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, tachó este viernes de "robo" la congelación de activos rusos en Occidente y advirtió de que esta acción no quedará impune, después de que el G7 acordara el jueves la concesión de un préstamo a Ucrania a partir de los intereses generados por dichos fondos.
"A pesar de toda la verborrea, el robo sigue siendo un robo. Y no quedará impune", dijo el jefe del Kremlin durante una intervención ante la plana mayor del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia transmitida en directo por la televisión estatal.
Vladímir Putin agregó que los países occidentales "congelaron parte de las reservas de divisas y activos rusos y ahora piensan en cómo sentar una base jurídica para apropiarse definitivamente de ellos".
"Darán paso más hacia la destrucción del sistema que ellos mismos crearon y que durante muchas décadas aseguró su prosperidad, les permitió consumir más de lo que ganan, a través de deudas y obligaciones para captar dinero de todo el mundo", dijo Vladímir Putin.
Los líderes del G7, las siete democracias más industrializadas del mundo -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- acordaron un préstamo a Kiev avalado por los intereses generados por los activos bloqueados a Rusia tras el comienzo de su campaña militar en Ucrania.
La mayoría de estos activos, que ascienden a unos 260 000 millones de euros están en los países de la Unión Europea.
La idea del préstamo, de unos 50 000 millones de euros, es que sea respaldado con los beneficios que generan los activos rusos, sin confiscarlos directamente.
"Es justo que sea Rusia la que pague", reaccionó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la cumbre del grupo que reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido.
Zelenski reclama la confiscación pura y simple de los 300.000 millones de euros en activos del Banco Central ruso congelados por la Unión Europea y el G7, a lo que estos últimos se niegan por motivos jurídicos.
(Con información de EFE y AFP)
Te recomendamos
Comparte esta noticia