De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia, los niños han visto reducida su ingesta de alimentos en el hogar "porque hay poca comida que repartir".
Los niños y jóvenes de familias pobres venezolanas están siendo captados por bandas criminales con alimentos, en medio de la severa crisis de desabastecimiento que aqueja al país suramericano, dijo hoy el experto Roberto Briceño León, director de la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
Briceño León aseguró en una entrevista con la televisión privada Globovisión que los niños han visto reducida su ingesta de alimentos en el hogar "porque hay poca comida que repartir".
"Entonces viene la banda y lo invita, lo invita a que vaya al lugar de la banda o lo invita a salir a comerse una hamburguesa, o lo invita al lugar donde están a tomar refrescos y lo empiezan a captar, empieza a hacer su vida dentro de la banda", explicó.
El presidente de la OVV señaló que estos mecanismos de captación mutaron desde los "caramelos digitales", como identificaban a los teléfonos inteligentes o tabletas, hasta la comida por causa de la crisis.
"Lo que empezamos a observar fue que ese patrón fue cambiando por la crisis alimentaria del país, las familias no tienen comida, tienen notables dificultades", añadió.
Dijo además tener conocimiento de que los niños de etnias indígenas del estado de Zulia (noroeste), fronterizo con Colombia, ingresan a la criminalidad seducidos por productos desviados del programa gubernamental de alimentos a bajo coste conocido como CLAP.
"Los están usando para el contrabando de gasolina y el transporte de drogas", aseguró.
La OVV, una ONG conformada por expertos de ocho universidades nacionales, divulgó un estudio a principios de octubre que denunció que tres niños perdieron la vida cada día durante el 2017 en el país caribeño por causa de la violencia.
El estudio, que tomó como base informaciones publicadas en medios impresos y datos de fuentes oficiales, cifró en 1.134 el total de homicidios de niños y adolescentes durante el año 2017, lo que arroja una tasa de una muerte violenta cada ocho horas y de unas 90 al mes. (EFE)
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