Venezuela: la dictadura busca perpetuarse

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Por mucho que podamos deplorar el retroceso democrático en nuestro país, lo que ha sucedido con las elecciones en Venezuela permite reconocer la diferencia entre una democracia degradada como la nuestra y una dictadura que lucha por perpetuarse, como la que encabeza Nicolás Maduro.

Al cabo de más de 25 años en el poder, el chavismo ha ampliado su control de las instituciones independientes y las ha sometido a sus designios. El Consejo Nacional Electoral suspendió la publicación del escrutinio cuando había procesado apenas el 40% de los votos y anunció la victoria de Nicolás Maduro.

Todos los sondeos independientes preveían una victoria holgada de la oposición, de la misma manera que hemos visto las movilizaciones masivas de venezolanos que protestaban contra el hambre y la negación de la libertad.

¿Cómo no entenderlos, si el régimen de Maduro ha llevado a una brusca caída del Producto Bruto Interno y a un éxodo sin precedentes en América Latina?

Incluso presidentes con afinidad con el chavismo, como los de Chile y Brasil han solicitado que el gobierno permita la publicación de las actas para proceder a una verificación limpia del escrutinio. También el Centro Carter, una de las pocas instituciones internacionales autorizadas a actuar en Venezuela, solicita que el Consejo Electoral garantice que se respete el voto popular.

Pese a la evidencia del fracaso económico e institucional, el modelo venezolano y su supuesto socialismo del siglo XXI sigue siendo defendido en nuestros país por algunas corrientes que en su momento defendieron al golpista Pedro Castillo.

Pero igualmente grave es que opositores al chavismo tomen el mismo camino que condujo a la dictadura en Venezuela: la captura de las instituciones, la represión y las restricciones a la libertad de prensa. 

Las cosas como son