Legendario Teatro Segura celebra su primer centenario con magistral espectáculo
Para Bartola no hay placer más cotidiano que hacerlo todo
cantando. Pero esa cotidianeidad no está reservada, sin menoscabo alguno, para
quehaceres rutinarios, sino para los grandes momentos. Si un niño es feliz,
Bartola canta, si recuerda a su madre, Bartola canta, si una pena asalta
su alma Bartola canta y hasta para decir adiósÂ
¡Bartola canta!
Y es que hasta para despedirse hay que tener estilo. Por eso a Bartola no se le ocurrió mejor manera de poner fin a una divertida tertulia que entonando unos versos de Matamoros inmortalizados en su magistral "Lágrimas negras". Y al son de "tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir, contigo me voy mi santa aunque me cueste sufrir".
Bartola, sin querer queriendo, emprendió la partida sin sospechar que, a aquella despedida, le salió al frente un "si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo. Si nos dejan te llevo de la mano corazón y ¡ahí nos vamos!" y Bartola se quedó. Gracias a ese espontáneo contrapunteo musical que, audazmente, improvisaron Los Ardiles para atraer la atención de Bartola, esta gran artista y los talentosos hermanos, gestaron aquella tarde lo que hoy da vida al concierto "Juntos, un solo corazón" porque es cantando como mejor se entrega Bartola y es cantando como celebran la vida Los Ardiles.
Dos estilos diferentes en un solo escenario. Ella: imponente, estremecedora, elegante, aguda, fina estampa, gracia innata, carisma desbordante. Ellos: atrevidamente espontáneos, oportunos, juguetones y palomillas. Ambos unidos por un amor intenso y franco por la música criolla y también del mundo.
De Bartola sabemos que a pesar del primer golpe de su vida que fue un cucharonazo, que le propinó su madrecita, porque la pequeña hija abandonaba los estudios para irse a cantar, se curtió de tanta tanda y no paró hasta que se hizo grande por su inconfundible estilo, portentosa voz y magistral interpretación que captura las más íntimas emociones. Ella no precisa de escucharla con "unas aguas" (como ingratamente se suele asociar a la jarana con el trago). A ella sólo se le escucha con el alma.
De Los Ardiles sabemos que de ser los "Comandos de la nueva ola" cantando "Cuando calienta el sol", "Un beso y una flor", "Es la lluvia que cae" y otros "hits" de los sesentas, sucumbieron al prodigio de la música criolla cuando, una noche, se encandilaron con el arte de la primera guitarra del Perú: Don Oscar Avilés.
"Como los grandes amores, nuestro romance con el criollismo fue de aquellos que surgieron a primera vista, mejor dicho, a primer oído" dicen. Esta noche en "Juntos, un solo corazón", Bartola y "Los Ardiles" unirán sus voces, bajo la dirección musical de Oscar Cavero, interpretando los más grandes temas de la música nacional e internacional en sus diferente géneros como: valses, polkas, boleros, rancheras, guarachas, marineras y festejos.
Es así que nos estremeceremos con magistrales composiciones de Roberto Cantoral como "La Barca" y "Reloj" , "Usted " de Gabriel Ortiz, "Si nos dejan" del grande de Guanajuato: José Alfredo Jiménez, "Sombras", inolvidable creación de José María Contursi, "Lágrimas Negras" de Miguel Matamoros, en la incomparable voz de Bartola, y las más entrañables interpretaciones de Los Panchos como "Poquita fe", "Sin ti", "Rayito de Luna" al estilo de Los Ardiles.
Asimismo, nos deleitaremos con las más selectas composiciones de nuestra música criolla como "Y se llama Perú", "Contigo Perú" de Augusto Polo Campos e inolvidables valses, jacarandosos festejos, recordando al genial Porfirio Vásquez y la indiscutible gracia de nuestras marineras.
De este modo, el legendario Teatro Segura, en la celebración de su primer centenario, nos ofrece, una vez más, un espectáculo de indiscutible calidad difundiendo una de las más genuinas y universales manifestaciones artísticas: la música.
La cita es en dos fechas: el 20 y 21 de noviembre, a las 8 de la noche. Las entradas están a la venta en Teleticket de Wong y Metro.
Y es que hasta para despedirse hay que tener estilo. Por eso a Bartola no se le ocurrió mejor manera de poner fin a una divertida tertulia que entonando unos versos de Matamoros inmortalizados en su magistral "Lágrimas negras". Y al son de "tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir, contigo me voy mi santa aunque me cueste sufrir".
Bartola, sin querer queriendo, emprendió la partida sin sospechar que, a aquella despedida, le salió al frente un "si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo. Si nos dejan te llevo de la mano corazón y ¡ahí nos vamos!" y Bartola se quedó. Gracias a ese espontáneo contrapunteo musical que, audazmente, improvisaron Los Ardiles para atraer la atención de Bartola, esta gran artista y los talentosos hermanos, gestaron aquella tarde lo que hoy da vida al concierto "Juntos, un solo corazón" porque es cantando como mejor se entrega Bartola y es cantando como celebran la vida Los Ardiles.
Dos estilos diferentes en un solo escenario. Ella: imponente, estremecedora, elegante, aguda, fina estampa, gracia innata, carisma desbordante. Ellos: atrevidamente espontáneos, oportunos, juguetones y palomillas. Ambos unidos por un amor intenso y franco por la música criolla y también del mundo.
De Bartola sabemos que a pesar del primer golpe de su vida que fue un cucharonazo, que le propinó su madrecita, porque la pequeña hija abandonaba los estudios para irse a cantar, se curtió de tanta tanda y no paró hasta que se hizo grande por su inconfundible estilo, portentosa voz y magistral interpretación que captura las más íntimas emociones. Ella no precisa de escucharla con "unas aguas" (como ingratamente se suele asociar a la jarana con el trago). A ella sólo se le escucha con el alma.
De Los Ardiles sabemos que de ser los "Comandos de la nueva ola" cantando "Cuando calienta el sol", "Un beso y una flor", "Es la lluvia que cae" y otros "hits" de los sesentas, sucumbieron al prodigio de la música criolla cuando, una noche, se encandilaron con el arte de la primera guitarra del Perú: Don Oscar Avilés.
"Como los grandes amores, nuestro romance con el criollismo fue de aquellos que surgieron a primera vista, mejor dicho, a primer oído" dicen. Esta noche en "Juntos, un solo corazón", Bartola y "Los Ardiles" unirán sus voces, bajo la dirección musical de Oscar Cavero, interpretando los más grandes temas de la música nacional e internacional en sus diferente géneros como: valses, polkas, boleros, rancheras, guarachas, marineras y festejos.
Es así que nos estremeceremos con magistrales composiciones de Roberto Cantoral como "La Barca" y "Reloj" , "Usted " de Gabriel Ortiz, "Si nos dejan" del grande de Guanajuato: José Alfredo Jiménez, "Sombras", inolvidable creación de José María Contursi, "Lágrimas Negras" de Miguel Matamoros, en la incomparable voz de Bartola, y las más entrañables interpretaciones de Los Panchos como "Poquita fe", "Sin ti", "Rayito de Luna" al estilo de Los Ardiles.
Asimismo, nos deleitaremos con las más selectas composiciones de nuestra música criolla como "Y se llama Perú", "Contigo Perú" de Augusto Polo Campos e inolvidables valses, jacarandosos festejos, recordando al genial Porfirio Vásquez y la indiscutible gracia de nuestras marineras.
De este modo, el legendario Teatro Segura, en la celebración de su primer centenario, nos ofrece, una vez más, un espectáculo de indiscutible calidad difundiendo una de las más genuinas y universales manifestaciones artísticas: la música.
La cita es en dos fechas: el 20 y 21 de noviembre, a las 8 de la noche. Las entradas están a la venta en Teleticket de Wong y Metro.
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