Damon Albarn cantó un tema del fallecido Reed. Los ingleses hicieron saltar a limeños con un show de una hora y media de duración y 17 canciones.
El tiempo no pasa para Blur. La banda demostró que sus temas siguen vigentes y, con una propuesta en escena muy cuidada, sorprendió a los miles de fanáticos que se dieron cita en el Estadio de San Marcos.
Liderados por Damon Albarn, los ingleses no perdieron la oportunidad de proponer un show con lo mejor de su carrera. Es así que muy temprano dejaron caer el primer tema de la noche “Girls and boys”, la locura fue total entre la fanaticada que saltaba, gritaba, levantaba los brazos y reía a más no poder.
Apenas pasadas las diez de la noche, comenzó a escucharse a manera de intro el instrumental “Theme from retro”, primera canción de su disco homónimo, publicado en 1997. Sin duda el trabajo que los catapultó a la fama mundial y que, seguramente, atrapó miles de fans en Perú.
Damon apareció observando directamente al público, parecía que miraba a cada uno de los asistentes. Gesto que inmediatamente hizo que la gente conectara con la banda.
“Buenas noches” dijo escuetamente en español. “Primera vez en Perú”, “Nice to meet you”, se escuchó salir de esa sonrisa retorcida, marca registrada de Albarn.
Dicho esto, bajo, guitarra y batería se unieron para dar vida a “There´s no other way”, el rasgueo característico de la guitarra hizo que la gente gritara de emoción, luego a cantarla con mucha fuerza ya que en pocos minutos, la canción se acabaría.
Otro tema reconocible y querido fue “Beetlebum”, las palmas en alto ayudaban en el acompañamiento. Notamos que sobre el escenario no solo estaban: Damon, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree, además había un coro, una sección de vientos y un tecladista a un lado del escenario.
Las palmas continuaban sobre la canción, Damon se subió sobre el bombo de la batería de Dave que no paraba de sonar. La Yamaha retumbaba enloquecida y tras el extenso final Albarn agradeció por el intenso momento “I´m feeling you”, dijo.
Cada momento fue atesorado por la fiel fanaticada. Los notorios rasgueos de guitarra de Coxon en “Out of time” y las experimentales y caóticas “Trim Trabb” y “Caramel” mantuvieron atentos a los escuchas, nadie distrajo la atención, eran tema no tan conocidos pero intensos en interpretación.
En “Coffee and tv” el estadio se vino abajo. El inicio alegre y triste de la canción fue reconocido al instante. La voz de Coxon y las distorsiones en sus solos hicieron que el tema crezca en vivo. La emoción se apoderó de los que se saben la letra y saben lo que significa.
Significativo el homenaje que le rindió Albarn y la banda al músico Lou Reed. Luego de cantar la canción “Satellite of Love” del mismo Reed, el británico se despidió de su colega mirando al cielo y pronunciando un escueto pero sentido “Bye Lou”. Las palmas se dejaron sentir.
El show debía continuar y el grupo retomó la presentación con otra canción muy querida por los fanáticos: “Tender” los brazos levantados, coros y palmas hicieron del momento algo único. “To the end” sirvió como tema puente porque la cosa reventaría más adelante con “Country house” y “Parklife”.
En “Country house” Damon bajó del escenario y sobre la gente cantó todo el tema. Eso provocó la locura de los asistentes. Absolutamente nadie dejó de saltar durante esta sección del show. Una vez más quedaba demostrado el carisma y entrega de Albarn y compañía.
Nuevamente los decibeles bajaron con los temas ”End of a Century” y This is a Low”. Sin embargo la gente los cantaba como si fueran himnos. Se fueron por unos minutos del escenario para regresar con un Damon tocando alegremente su piano, era el calentamiento para la siguiente canción: “Under the westway”.
En el tramo final del concierto un tema más antes de desatar la locura total: “For tomorrow”. Luego las increíbles y muy esperadas: “The universal” y “Song 2”. A todo esto resaltar que el sonido estuvo muy bien, y el acompañamiento en coros y vientos hicieron de este momento, algo sublime.
Una hora y media duró el show, 17 canciones y una espera de más de 23 años que llega a su fin en muy buenos términos. Un cierre espectacular que dejó en claro la vigencia de Blur, banda que vuelve a los escenarios para alegría de los fanáticos y que podría seguir sorprendiendo con un nuevo trabajo.
Escribe Galo Castillo.
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