Gilberto Gil y su máquina de cuerdas rindieron un homenaje al mundo de las sensaciones en el recientemente inaugurado gran teatro nacional.
Su música lo llevó a conocer el mundo y con ella el mundo quedó a sus pies. Gilberto Gil y su máquina de cuerdas rindieron un homenaje al mundo de las sensaciones en el recientemente inaugurado gran teatro nacional, donde más de mil 400 personas fueron testigos de su arte y cultura.
Fueron más de 20 temas los que iban siendo tallados en dos guitarras, un violín, un chelo, una máquina de tambores y la melodiosa voz del cantante brasileño.
La fusión de dos culturas llegó con la presencia de la peruana Susana Bacca quien a ritmo de bossa nova, se animó a cantar en portugués.
No faltaría el ritmo peruano con "María Landó", composición de Cesar Calvo y Chabuca Granda, tema que no dejó de ser ovacionado por el público al término de su interpretación.
Con más de 50 discos a sus espaldas, 4 millones de copias vendidas y 9 premios Grammy, Gilberto Gil es sin duda un embajador de la música que se mueve por convicción cultural.
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