Comprometido con campañas pacifistas, el músico buscó un escenario multitudinario y conflictivo para reeditar su recital-manifestación "Concierto por la paz".
El cantautor colombiano Juanes parece haber olvidado uno de sus mayores éxitos cuando anunció su intención de ofrecer un concierto en la Plaza de la Revolución de La Habana, aquel que aconseja: "Fijate bien donde pisás, fijate cuando caminás, no vaya a ser que una miná te desbarate los piés, amor".
Comprometido con campañas pacifistas, el músico buscó un escenario multitudinario y conflictivo para reeditar el próximo 20 de septiembre su recital-manifestación "Concierto por la paz", que presidió en marzo de 2008 en la candente frontera colombo-venezolana, hoy de nuevo encendida.
El autor de "A Dios le pido" y "La camisa negra" congregó entonces a más de 100.000 personas, con ayuda del también colombiano Carlos Vives, los españoles Miguel Bosé y Alejandro Sanz, el venezolano Ricardo Montaner y el dominicano Juan Luis Guerra, entre otros.
Aunque allí hubo problemas, no tuvo todas las presiones que ahora pujan -y no sólo en Miami- para que desista de cantar en el escenario predilecto de Fidel Castro temas como: "Te han quitado lo que tienes, te han robado el pan del día, te han sacado de tus tierras, y no parece que termina aquí".
La escritora cubana exiliada Zoe Valdés reclamó en España, en una carta a Bosé, que no acuda al concierto: "Francamente, no creo que debas cantar en una plaza donde se ha pedido la pena de muerte, paredón, para tantos miles de cubanos, entre ellos para tres jóvenes negros en 2003".
En Cuba, según Zoe y muchos de los millones de cubanos en el exilio, haría falta un "concierto por la democracia y por las libertades civiles individuales, por la liberación de los presos políticos, por las elecciones libres y por la expulsión de los dictadores del poder".
Pero en Cuba son muchos más los cubanos angustiados porque no lleguen a La Habana esos ídolos inalcanzables que los preocupados porque el concierto sea un triunfo del régimen que acaba de cumplir 50 años el pasado 1 de enero.
Juanes se defendió el martes en un programa de televisión de Miami de los ataques que ha sufrido por anunciar un concierto en Cuba y aseguró que su objetivo es trasladar el mensaje de que "es tiempo de cambiar las mentes".
"Ir a Cuba es un símbolo de que es tiempo de cambiar las mentes, una oportunidad de decir al mundo que las personas tienen que cambiar", dijo a la cadena hispana Univisión.
En Miami, donde las noticias sobre Cuba son tan polémicas como las de La Habana sobre Estados Unidos, dicen que a raíz de la trifulca "muchos de los cantantes" invitados han declinado participar y que Juanes está analizando la conveniencia de cancelar el evento.
Podría contestar Juanes con otra de sus canciones: "Sólo sé que hay un cuento que no parece que termina aquí. Como dicen en los diarios, como dicen en la tele y como dicen en la radio, que no parece que termina aquí".
El colombiano parece referirse a La Habana y Washington cuando dice en "La vida es un ratico":
"Porque estos tiempos son difíciles y es más escasa la verdad, porque estos tiempos son difíciles y estamos sentados tan lejos el uno del otro, porque estos tiempos son difíciles y estamos atados de manos y corazón".
Tal vez cuando termine la polémica política y se sepa si, finalmente, hubo o no concierto en el corazón del sistema cubano, Juanes (en documentos oficiales Juan Esteban Aristizábal, muy de Medellín) deba repasar otro de sus temas, "¿Qué pasa?":
"Qué será, pregunto yo (...) que en vez de abrazarnos los unos a otros, nos damos cañón, y olvidamos el amor. ¿Por qué será que hay tanta guerra? ¿Por qué será que hay tanta pena? (...) La gente se está matando, la gente se está muriendo, y yo sigo aquí sin comprender".
EFE
Comprometido con campañas pacifistas, el músico buscó un escenario multitudinario y conflictivo para reeditar el próximo 20 de septiembre su recital-manifestación "Concierto por la paz", que presidió en marzo de 2008 en la candente frontera colombo-venezolana, hoy de nuevo encendida.
El autor de "A Dios le pido" y "La camisa negra" congregó entonces a más de 100.000 personas, con ayuda del también colombiano Carlos Vives, los españoles Miguel Bosé y Alejandro Sanz, el venezolano Ricardo Montaner y el dominicano Juan Luis Guerra, entre otros.
Aunque allí hubo problemas, no tuvo todas las presiones que ahora pujan -y no sólo en Miami- para que desista de cantar en el escenario predilecto de Fidel Castro temas como: "Te han quitado lo que tienes, te han robado el pan del día, te han sacado de tus tierras, y no parece que termina aquí".
La escritora cubana exiliada Zoe Valdés reclamó en España, en una carta a Bosé, que no acuda al concierto: "Francamente, no creo que debas cantar en una plaza donde se ha pedido la pena de muerte, paredón, para tantos miles de cubanos, entre ellos para tres jóvenes negros en 2003".
En Cuba, según Zoe y muchos de los millones de cubanos en el exilio, haría falta un "concierto por la democracia y por las libertades civiles individuales, por la liberación de los presos políticos, por las elecciones libres y por la expulsión de los dictadores del poder".
Pero en Cuba son muchos más los cubanos angustiados porque no lleguen a La Habana esos ídolos inalcanzables que los preocupados porque el concierto sea un triunfo del régimen que acaba de cumplir 50 años el pasado 1 de enero.
Juanes se defendió el martes en un programa de televisión de Miami de los ataques que ha sufrido por anunciar un concierto en Cuba y aseguró que su objetivo es trasladar el mensaje de que "es tiempo de cambiar las mentes".
"Ir a Cuba es un símbolo de que es tiempo de cambiar las mentes, una oportunidad de decir al mundo que las personas tienen que cambiar", dijo a la cadena hispana Univisión.
En Miami, donde las noticias sobre Cuba son tan polémicas como las de La Habana sobre Estados Unidos, dicen que a raíz de la trifulca "muchos de los cantantes" invitados han declinado participar y que Juanes está analizando la conveniencia de cancelar el evento.
Podría contestar Juanes con otra de sus canciones: "Sólo sé que hay un cuento que no parece que termina aquí. Como dicen en los diarios, como dicen en la tele y como dicen en la radio, que no parece que termina aquí".
El colombiano parece referirse a La Habana y Washington cuando dice en "La vida es un ratico":
"Porque estos tiempos son difíciles y es más escasa la verdad, porque estos tiempos son difíciles y estamos sentados tan lejos el uno del otro, porque estos tiempos son difíciles y estamos atados de manos y corazón".
Tal vez cuando termine la polémica política y se sepa si, finalmente, hubo o no concierto en el corazón del sistema cubano, Juanes (en documentos oficiales Juan Esteban Aristizábal, muy de Medellín) deba repasar otro de sus temas, "¿Qué pasa?":
"Qué será, pregunto yo (...) que en vez de abrazarnos los unos a otros, nos damos cañón, y olvidamos el amor. ¿Por qué será que hay tanta guerra? ¿Por qué será que hay tanta pena? (...) La gente se está matando, la gente se está muriendo, y yo sigo aquí sin comprender".
EFE
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