La pequeña ciudad de Wacken se convirtió nuevamente en la Meca del metal para recibir a 120 bandas y más de 75 mil fanáticos durante tres días.
La ciudad alemana de Wacken despidió su festival de heavy metal revalidada como meca del rock duro, tras tres días de actuaciones que concentraron a 75.000 fanáticos en esta pequeña población de apenas 1.800 habitantes.
La peregrinación de rockeros empezó a retirarse este domingo, tras el fin de fiesta de la 27 edición del Wacken Open Air (W:O:A), que se prolongó hasta entrada la madrugada.
Los organizadores del festival dieron por terminada la mayor concentración europea de amantes del heavy con el anuncio del programa para el próximo año, al que se espera acudan como bandas estrella Blind Guardian, Judas Priest, In Flames, Zakk Wylde, Ministry y Steel Panther.
El último concierto sobre la gran explanada, de 240 hectáreas de superficie, fue para Judas Priest, encargado de cerrar un desfile heavy que incluyó a 120 grupos, repartidos por siete escenarios, con Savatage e In Flames como puntos álgidos.
La fiesta heavy había arrancado de modo algo atípico, el miércoles, con la participación a modo de exóticos invitados de la banda del Ejército alemán (La Bundeswher).
La Cruz Roja tuvo que asistir a 1.600 pacientes, en su mayoría casos leves.
El W:O:A: es no solo el festival heavy más multitudinario de Europa, sino también uno de los más atípicos, caracterizado por el clima de convivencia armónica entre los tranquilos habitantes de Wacken y los rudos aficionados al rock duro. EFE
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