Los soneros de la Fania All Stars descargaron todo su sabor en más de tres horas de espectáculo. El público que asistió al Estadio Nacional quedó más que satisfecho.
Un sonido bestial de principio a fin. Esta es la frase que intenta resumir las más de tres horas de show que ofrecieron la noche del viernes los integrantes de la mítica Fania All Stars.
A la histórica cita no faltó nadie: Rubén Blades, Ismael Miranda, Adalberto Santiago, Cheo Feliciano y Bobby Cruz en voces. Un correcto Domingo Quiñones fue el encargado de poner voz a los temas que cantaba el recordado Héctor Lavoe.
Los engranajes de la maquinaria de la Fania también funcionaron en gran forma: Papo Lucca y Larry Harlow en el piano, Bobby Valentín en el bajo, Nicky Marrero en los timbales, Roberto Roena en el bongó y la campana; así como los músicos en trombones, trompetas, coros y todo bajo la atenta mirada de su director Johnny Pacheco.
El espectáculo comenzó con la potente propuesta salsera de la Spanish Harlem Orchestra. Los norteamericanos de raíces latinas calentaron al público con cuarenta minutos de show.
Temas como “La salsa dura”, “Se forma la rumba”, “Ahora sí” o “Sácala a bailar”, contagiaron con su sabor a los asistentes que comenzaban a abarrotar las instalaciones del Estadio Nacional.
Cuarenta minutos duró la presentación de la Spanish. A su fin, en las tres pantallas gigantes dispuestas (una a cada lado del escenario y otra al medio del estadio) se pudo apreciar un breve documental de la Fania con algunos momentos de la agrupación.
Un maestro de ceremonia apareció sobre el escenario: “Paco Navarro” y él se encargó de presentar a cada uno de los integrantes de la Fania. Todos muy aplaudidos pero mucho más, Rubén Blades y Adalberto Santiago.
Y es que pude darme cuenta que el público peruano es conocedor de la salsa dura o clásica. Cada miembro de la Fania despertaba el entusiasmo de los presentes. Al terminar la presentación no me quedó dudas de que estaba, si nos vamos al mundo del futbol, frente a una verdadera “selección universal de la salsa”.
Las voces de la All Stars iniciaron la presentación con “Descarga Fania”. Luego fue Adalberto Santiago quien tomó el micrófono para “hacernos el favor” con “La cartera”. Las canciones súper extensas hicieron que en 20 minutos el público se agitara para bien.
Un homenaje al inmortal Héctor Lavoe luego de la fiesta. Fue Domingo Quiñones quien interpretó: “El rey de la puntualidad”, “El cantante” y “Mi gente”. La gente complacida y muy emocionada respondió a este momento con ovaciones y aplausos.
Luego le tocó el turno a Ismael Miranda con “Señor sereno” y “Borinquen tiene montuno”. Casi nadie estaba sentado, el ritmo irresistible hacía que todos cogieran a su pareja y se pusieran a bailar.
De perfecto negro apareció vestido Rubén Blades para entonar: “La palabra adiós”, “Sin tu cariño” y la tremenda “Juan Pachanga”, aquí destacaron Bobby Valentín en el bajo, Papo Lucca en el piano y Alfredo de la Fe en el violín. Incansable Roberto Roena era el metrónomo del show de principio a fin.
En medio del júbilo apareció Cheo Feliciano para interpretar entre otros el tema “Nina”. Luego una versión instrumental en violín del vals peruano “Todos vuelven”, un homenaje a nuestro país.
La sorpresa de la noche fue la presentación de la criolla Eva Ayllón para interpretar junto a Feliciano “Encantado de la vida”. Para cerrar la parte del gran Cheo: “Anacaona”, otro de los momentos en que el Estadio Nacional prácticamente se vino abajo.
Sobre las tres horas de concierto aparecieron Richie Ray y Bobby Cruz para acentuar el sabor con “El jala jala”, “Sonido bestial”, “Ahora vengo yo” y “Ponte duro”. Sobre la tarima daba gusto ver a la Fania en pleno. Todos contentos, todos tocando como si recién comenzara el show; juntos como hermanos.
Un corto baile de Roena puso la nota anecdótica. Al final las cinco voces de la Fania juntaron sus micrófonos para alegría y emoción de los presentes. Luego de unas palabras, todos juntos dijeron adiós a un público peruano que los aplaudió hasta que desaparecieron en la obscuridad.
Al final nos quedamos con una frase de Rubén Blades: “Gracias Perú por mantener la salsa viva”, solo queda responderle: gracias Fania por tal cargamento de sabor, ritmo y alegría.
Galo Castillo
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