Ismael Rivera, Larry Harlow, Ismael Miranda y Junior Gonzáles, el Cano Estremera y Pacho Hurtado deleitaron al público chalaco con el sabor de la buena salsa.
Cientos de chalacos se deleitaron con el concierto Los Bravos
de la Salsa, que según
los entendidos representa uno de los mejores de su género,
por la calidad de los artistas
invitados.
El puerto conmemoró un aniversario más de la partida de quien fuera uno de los más grandes soneros de la historia de la salsa: Héctor Lavoe.
El espectáculo lo inició Ismael Rivera jr., quien cantó las canciones que hicieron famoso a su padre más conocido como "El sonero mayor de Puerto Rico". Empezó con "El Nazareno" y continuó con "Las Caras lindas de mi gente negra" ya para la segunda tonada el estadio Campolo Alcalde se había convertido en un jolgorio, a pesar de haber tenido un lleno parcial.
Continuó el Cano Estremera, uno de los engreídos del público peruano, quien combinó sus salsas sensuales como "Ámame en cámara lenta" con las del repertorio de su edad de oro, por ejemplo, "La boda de ella", cuando fue cantante de la orquesta de Bobby Valentín.
También rindió un homenaje a Lavoe, interpretando a dúo con el cantante peruano Pacho Hurtado, "el doble de Héctor Lavoe en el Perú", "Juanito Aimaña".
Ismael Miranda y Junior Gonzáles continuaron acompañados del genial pianista Larry Harlow más conocido como "El judío Maravilloso".
Miranda interpretó sus clásicas "María Luisa" y "Cipriano Armenteros" y cantó también al lado de Hurtado, la canción "El Todopoderoso".
Mientras que el público se impacientó con la participación de Junior Gonzáles, quien se demoró más de una hora y cerró su presentación cerca de las 4am.
Sin embargo a los asistentes se les fue la amargura cuando interpretó sus clásicas "Caridad" y "La cartera" que lo hiciera tan famoso en la década de los 70 al lado de Harlow.
Gonzáles sorprendió al auditorio con una interpretación a capella del tema "El Frontón" que, según el mismo cantante relató en una entrevista, en la década de los 80 no se la permitieron cantar en el Perú, por la connotación que podía tener, a pesar de no haber en esa canción ningún matiz político.
Además de los artistas internacionales, la orquesta peruana Sonido Latino, que acompañó en la tarima a los soneros, tuvo un excelente desempeño que fue reconocido por el público y los mismos artistas.
El espectáculo demuestra que el público peruano a pesar de la preeminencia de otros ritmos como la cumbia y el reguetón sigue gustando de la salsa más dura y de la buena.
El puerto conmemoró un aniversario más de la partida de quien fuera uno de los más grandes soneros de la historia de la salsa: Héctor Lavoe.
El espectáculo lo inició Ismael Rivera jr., quien cantó las canciones que hicieron famoso a su padre más conocido como "El sonero mayor de Puerto Rico". Empezó con "El Nazareno" y continuó con "Las Caras lindas de mi gente negra" ya para la segunda tonada el estadio Campolo Alcalde se había convertido en un jolgorio, a pesar de haber tenido un lleno parcial.
Continuó el Cano Estremera, uno de los engreídos del público peruano, quien combinó sus salsas sensuales como "Ámame en cámara lenta" con las del repertorio de su edad de oro, por ejemplo, "La boda de ella", cuando fue cantante de la orquesta de Bobby Valentín.
También rindió un homenaje a Lavoe, interpretando a dúo con el cantante peruano Pacho Hurtado, "el doble de Héctor Lavoe en el Perú", "Juanito Aimaña".
Ismael Miranda y Junior Gonzáles continuaron acompañados del genial pianista Larry Harlow más conocido como "El judío Maravilloso".
Miranda interpretó sus clásicas "María Luisa" y "Cipriano Armenteros" y cantó también al lado de Hurtado, la canción "El Todopoderoso".
Mientras que el público se impacientó con la participación de Junior Gonzáles, quien se demoró más de una hora y cerró su presentación cerca de las 4am.
Sin embargo a los asistentes se les fue la amargura cuando interpretó sus clásicas "Caridad" y "La cartera" que lo hiciera tan famoso en la década de los 70 al lado de Harlow.
Gonzáles sorprendió al auditorio con una interpretación a capella del tema "El Frontón" que, según el mismo cantante relató en una entrevista, en la década de los 80 no se la permitieron cantar en el Perú, por la connotación que podía tener, a pesar de no haber en esa canción ningún matiz político.
Además de los artistas internacionales, la orquesta peruana Sonido Latino, que acompañó en la tarima a los soneros, tuvo un excelente desempeño que fue reconocido por el público y los mismos artistas.
El espectáculo demuestra que el público peruano a pesar de la preeminencia de otros ritmos como la cumbia y el reguetón sigue gustando de la salsa más dura y de la buena.
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