Cuarteto estadounidense deslumbró a sus fanáticos dando muestra de un repertorio musical cargado de virtuosismo y buen ´rock´.
Aparecieron en el escenario y empezaron a "rockear". Como si el tocar en vivo fuera una necesidad imperiosa la cual el tiempo no ha logrado menguar pese a los consagrados éxitos e innumerables conciertos.
Así es Mr. Big en esencia, escuela vieja de un "Blues" que se aprendía sólo en la calle y que alcanzó la popularidad en los ochentas gracias a las distorsiones del Heavy Metal.
La primera canción fue "Daddy, Brother, Little Boy"; tema que forma parte del segundo disco de la banda titulado "Lean Into It", y cuyo "riff" galopante abrió las puertas hacia un sendero sin rumbo, en medio de la euforia del público.
El estruendo y furia de la guitarra eléctrica de Paul Gilbert mantenían la efervescencia al tope, al mismo tiempo que daban vida a temas como "Take Cover" y "Alive and Kicking", célebres por los duetos entre Paul y el bajista del grupo, Billy Sheehan.
Los músicos no daban señales de retiro, y unos mozos en traje de pingüino hacían su aparición paseando unas bandejas con jarras de rebosante y espumosa cerveza. Fue así que en el fragor de la noche llegamos a la "Power Ballad", que en el caso de Mr. Big responde al nombre de "Just Take My Heart".
Composición que arrancó un suspiro colectivo. Pero así como se alcanza un clima cálido y suave, el "rock" debe continuar.
El cuarteto de Los Angeles trajo un nuevo disco bajo la manga titulado "What If", y fue su primer sencillo, "Undertow", el encargado de reavivar el desenfreno.
Luego del clásico ‘To Be With You’ la banda sorprendió intercambiando instrumentos, en donde Paul Gilbert pasó a la batería, Pat Torpey al bajo, Eric Martin a la guitarra y Billy Sheehan a cargo de la voz que entonó un ya consagrado ‘Smoke on The Water’ de ‘Deep Purple’.
Finalmente, dejando el púrpura de los sesenta se empezó a escuchar un coro al unísono:“Mr. - Big”, “Mr. - Big”, y un cover más cerraría cerraría el concierto. ‘Shy Boy’ y su coro contagiante dejaron al público más que satisfechos.
El concierto de ayer fue una digna demostración de virtuosismo y buen ‘Rock’, cada integrante demostró el dominio pleno de su instrumento y el por qué son considerados entre los mejores, algo que no se logra de la noche a la mañana y que requiere, como dijo Billy Sheehan en el 2005 en su clínica de bajo en Miraflores: “de extenuantes horas de práctica y disciplina.”
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