Lucho Quequezana: “Ahora se viene el boom de la música peruana"

Lucho Quequezana (Lima, 1974) está convencido que todos pueden aprender música. No es necesario un talento sobrenatural, pero sí esfuerzo y práctica. Aprendió a los 11 años a tocar su primer instrumento. Tres décadas después ha perdido la cuenta de con cuántos más ha trabajado. El multiinstrumentista recibió a RPP Noticias en su estudio Cabina Libre. No es un día cualquiera. Siente que algo está cambiando, que hay algo a punto de explotar. Es el boom de la música peruana, algo que le parece ya inevitable.

RPP Noticias: Tu presentación en APEC fue muy comentada.

Lucho Quequezana: Estrené un tema llamado Pangea. Lo paja fue que toqué en vivo con músicos de Vietnam, Japón, Canadá, a través de una pantalla. Era un poco resumir la esencia del APEC, el hecho de estar integrados, que haya innovación y encontremos un punto en común. Salió increíble, fue todo un mes de chamba a full.

Siempre estás involucrado en usar la tecnología e integrar a músicos de otra parte del mundo, esto incluso fue parte de tu formación con Sonidos Vivos. Además eres conductor de un programa de televisión que explora ese concepto.

Siempre he buscado sonidos, géneros e instrumentos nuevos. Todo lo que pueda sonar en el mundo que podamos aprovechar, porque la música nos pertenece a todos, independientemente de tu país, religión o idioma. Ahora vivimos en un mundo globalizado, qué mejor que aprovechar eso no solamente a nivel tecnológico. El Perú ya es un país integrado al mundo. Ya nos miran por la gastronomía y por el turismo, pero pronto el planeta nos verá como un foco de riqueza y diversidad cultural gracias a nuestra música.

Eres el primero que está persiguiendo este sueño, llamémoslo ideal... puede ser un poco idealista, pero suena 'bonito', jeje.

Jajajaja. ¡Sí, es romántico! Pero es un sueño que tuve hace muchos años y que empecé a trabajar hace diez.

¿Has conversado de este tipo de visión con otros músicos?

Hay muchos músicos peruanos llevando nuestra cultura a otros países. Es un momento importante para la música peruana. Y no me refiero solo a la música tradicional, la música peruana es la chicha, la cumbia, el rock; es Frágil (rock), Armonía 10 (cumbia) y Rapper School (rap). Es el momento preciso para conquistar el mundo a través de la música. Ya estamos a puertas de que este boom explote. Creo que es cuestión de darle un tiempito más, de organizarnos.

Digamos que a la escena musical, cada una en su género, le ha sido un poco difícil. Hablemos puntualmente de rock, en la que cada banda tira para su lado.

De hecho en todos los géneros y espacios donde se junta gente siempre hay este tipo de cosas. Pero ahora estamos en un buen momento, si es que nos ponemos a revisar como era el Perú hace 30 años musicalmente: el rockero no quería ver al salsero, y el salsero no quería ni acercarse al chichero; en cambio ahora tú ves a cualquier chico, revisas su playlist del celular y escucha primero rock, luego cumbia, después indie. Poco a poco creo que hemos dado un gran paso. Ahora también los músicos de distintos géneros tienen esa predisposición de hacer colaboraciones. Esto que se viene con el boom de la música peruana está a la vuelta de la esquina. ¡Y ya quiero estar en esa esquina, porque lo que se viene será increíble!

Hace mucho tiempo había un proyecto para pedir cuotas y tú decías que la radio ya no era una vaca sagrada. Ahora hay bandas que han hecho su camino fuera de los medios masivos. ¿Cómo te sientes con eso?

El desarrollo de la tecnología y de los medios de comunicación ha dado un giro que no pensábamos. Ahora la TV tiene que adaptarse al contenido digital. Qué tan rápido han cambiado los medios. Desde que se empezó a usar la transmisión en vivo de Facebook, todo gira en torno a eso. Pensar que los modos se hace 20 años van a funcionar ahora está recontra mal. Lo que ha hecho la tecnología es justamente democratizar la oferta. Si tienes una banda, bien ensayada, si tu técnica está mostra y tus canciones son pajas, pones tu video en vivo, a la gente le va a gustar y lo va a compartir. Creo que es lo mejor que nos ha podido pasar, porque ya no dependemos de que alguien nos diga lo que tenemos que tocar.

Y ese boom, y ese desarrollo tecnológico, ¿lograrán el desarrollo de la tan ansiada industria musical peruana?

Exactamente. Ahorita está en pañales, porque en el pasado no existió. Lo que nosotros tuvimos fueron esfuerzos de emprendimiento muy dispersos. Es exactamente lo que pasó con la gastronomía. La comida peruana no es rica hace unos años, ha sido rica toda la vida. Y cuando aprendimos a darle valor, se multiplicaron los restaurantes. Es igual con la música. Cuando la gente empiece a entender, va a ir a más conciertos, escuchar más en Spotify, más audiovisuales harán más videos, los luthiers y productores harán más instrumentos.

"NO HAY MÚSICA BUENA NI MALA"

Hace dos años lanzaste Combi, el disco sucesor del exitosísimo Kuntur. Este disco jugaba con las texturas, los sabores, los matices, como con la comida. ¿Qué se viene ahora de nuevo?

Se viene el siguiente disco que va a ser más global que Combi. También empezaré a interactuar más con la gente con contenido digital. Todo lo que hago en los conciertos de subir a la gente, lo voy a empezar a trabajar de forma digital. La idea es locaza pero creo que va a funcionar muy bien. Hay gente que me escribe para preguntarme desde conciertos hasta qué marcas de batería recomiendo, y eso quiero agruparlo en este proyecto. Quiero dejar en claro que estos proyectos no son para que la gente consuma mi música, sino la música en general.

La gente te conoce por la música que haces: tradicional y fusión. Pero, ¿tiene Lucho Quequezana placeres culposos en la música?

No. Se me relaciona mucho con la música tradicional, pero en estas dos décadas que hago música, he tocado todo. He hecho trova, salsa, rock, en realidad he tocado casi todo. Yo puedo ir a un karaoke y me canto toditas. Porque para decir que algo que no me gusta primero debo escucharlo y saber de qué va. No existe buena música y mala música. La buena música es la que te hace sentir vivo.

Si tuviera que darte a elegir diez discos, artistas o canciones que escuches de toda tu vida...

(Lucho hace un largo silencio) Es difícil. Snarky Puppy que es una banda de jazz que me encanta. Danny Elfman es mi compositor favorito y ha hecho la música en las películas de Tim Burton. Seis del Solar, que es la banda de Rubén Blades. El disco de El Rey León, pero en el musical de Broadway. Es una genialidad. Jean-Luc Ponty que es un violinista que hacía progresivo... Hay tantos, no sé. El disco Causas y azares, que es de Silvio Rodríguez con Afrocuba... (Vuelve un largo silencio) Me pusiste en problemas, jajaja. Es como tener muchos platos, pero todos son ricos.

"QUIERO HACER MÚSICA PARA PELÍCULAS"

¿Y nuevos descubrimientos musicales que te hayan llamado la atención?

Este grupo Snarky Puppy que es demasiado bueno. Además, me ha sorprendido el último disco de Bruno Mars. Qué bestia, de los últimos artistas pop, creo que es de los más talentosos. Canta, baila, toca todo, los arreglos son buenísimos. Otro que haya descubierto en estos días es un compositor que se llama Jackson Williams, que es muy bueno y lo van a encontrar en Spotify. Otra cosa que puedo recomendar es el soundtrack de Kung Fu Panda de Hanz Zimmer, es una joya. Musicalmente, una delicia. Es para darle un premio. Es una mezcla entre la música china, con toques sinfónicos, medio pop.

Eres muy fanático de los soundtracks, dicho sea de paso hace años ganaste un premio de cortometrajes...

Si, hace muchos años porque yo estudié comunicaciones. Me encanta la música para películas y mi frustración es no poder componer para películas. Para hacerlo, tendría que dedicarle tiempo y me encantaría tener tiempo para hacerlo.

¿Y te gustaría que algún día se te haga una película o un documental sobre tu carrera?

He hecho cosas audiovisuales sobre mis proyectos, pero eso de hacer películas, recreaciones de cuando era chiquito... Jajaja, no, por ahí no va. Quiero que todos mis proyectos sean sobre la música. Quiero que todo lo que esté a mí alrededor sea también sobre mi trabajo. No veo nada malo en contar cosas de mi vida, pero no me gusta. Quiero hablar de música.