La obra fue representada en el centro arqueológico de Queushu, en la quebrada que separa a los nevados Huascarán y Huandoy a 4 mil msnm
Escolares quechuablantes de la institución educativa César Vallejo del sector de Huashao, ubicado en la provincia de Yungay, región Áncash, escenificaron la leyenda de Huáscar y Huandoy, en conmemoración a la cultura Huaylas.
El escenario fue el centro arqueológico de Queushu, en la quebrada que separa a los nevados Huascarán y Huandoy, ambos protagonistas de esta historia, que cada año es recordada por los habitantes del Callejón de Huaylas.
Cuenta la leyenda que en la cultura Huaylas existía una tribu que tenía como jefe a Turmanyé (arco Iris), padre de la hermosa princesa Huandi, de 15 años de edad, quien se enamoró de Huáscar, un apuesto soldado que había llegado a este reino a pedir cobijo.
El cacique deseaba que su hija Huandi se casara con un monarca del reino vecino, pero la princesa mantenía amores secretos con Huáscar, hasta que fueron descubiertos por uno de los servidores, que inmediatamente informó de este hecho a su señor.
El monarca prohibió a su hija que ame a Huáscar y le dijo que nunca más volvería a verlo, motivo por el cual los jóvenes decidieron salvar su amor y se fugaron.
Días después, fueron aprehendidos y llevados ante la presencia del cacique, de cuyos labios escucharon el castigo.
princesa y su amado fueron atados frente a frente en unas rocas que se encontraban en las cumbres más altas. Ahí sólo recibieron la inclemencia del frío y la nieve. El sufrimiento los hizo derramar muchas lágrimas.
Pero un día, el Dios de los Huaylas se compadeció de ellos y los convirtió en dos soberbios nevados, que se levantaron desafiantes por encima de las cordilleras. La bella princesa Huandi quedó transformada en el Huandoy y el apuesto joven, en el Huascarán.
Las lágrimas de los jóvenes dieron origen a numerosos torrentes que formaron hermosas lagunas, como la de Llanganuco, que se extiende a los pies de la cumbre más alta del Perú.
Cada detalle de esta conmovedora historia de amor imposible, fue recreado por los alumnos en su lengua nativa, el quechua, ante la atenta mirada de los habitantes yungainos, quienes llegaron hasta las alturas, para rendirle tributo a dos de los nevados más importantes de la región Áncash.
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