Niños, jóvenes y adultos escenifican el nacimiento del Niño Jesús durante las primeras horas del 25 de diciembre en medio de mucha expectativa.
En el mundo se celebra de una y mil formas el nacimiento del niño Jesús. En algunos lugares las plazas y viviendas se iluminan con luces de colores; en otros, los pastorcitos se preparan para escenificar la llegada del redentor.
Ese día, las familias acostumbran compartir la tradicional chocolatada con panetón, leche y en el mejor de los casos, un asado.
Sin embargo, en lugares como el barrio de Buenos Aires, en la provincia de ancashina de Aija, sus habitantes comparten picarones y bizcochos con frutas y pasas en Nochebuena; mientras niños, jóvenes y adultos escenifican el nacimiento del Niño Dios.
La adoración
Todo se inicia a las 11 de la noche del 24 de diciembre. Los pastorcillos entonan sus mejores melodías a las imágenes de Jesús, María y José que se encuentran en un pesebre, ubicado en la calle Túpac Amaru, el cual es elaborado de plantas ornamentales que crecen en la zona, entre ellas la rashta.
Mientras suenan los cánticos religiosos, los actores recrean la anunciación del ángel Gabriel a María y la visita de su prima Isabel. Luego, los reyes magos llevan sus ofrendas al niño, pero sin duda lo que más llama la atención es la pelea entre el bien y el mal.
Sí, entre el ángel y los demonios, escenificado por jóvenes vestidos con trajes rojos, cuernos y máscaras. Este acto recuerda las tentaciones de Jesús en el desierto (Mt 4,1-11). El hecho se desarrolla en medio de las luces de colores de fuegos pirotécnicos y la expectativa de los pobladores. Todo transcurre hasta las 2:00 horas del día de Navidad.
El dulce de picarones
Para este momento tan especial, no hay nada mejor que el dulce de picarones, preparado con harina de pan, zapallo y levadura por las denominadas “Mayoralas”.
Ellas son las encargadas de repartir este manjar acompañado de miel, el cual contiene azúcar, miel de abeja y en algunos casos hojas de higo.
Paralelamente, las panaderas comparten con el público y los actores los bizcochos elaborados con pasas y frutas. Y como no podía ser de otra forma, también se reparte el tradicional chocolate preparado de leche de vaca, canela y azúcar.
“Todos disfrutan y comparten este momento especial con leche, bizcocho y picarones como mandan nuestras costumbres. Aquí no se come panetón”, expresa el poblador César Arias Malqui.
Los abuelitos
Y para cerrar con broche de otro tan importante celebración, los actores que representan a dos abuelitos muy bien vestidos, quienes llevan máscara y bastones, le ponen el toque humorístico a la Navidad, bailando y contando chistes a los asistentes, para digerir con alegría el momento y todo lo degustado.
Así, en medio de cantos, dulces y carcajadas, la población del barrio de Buenos Aires de Aija recibe la Nochebuena, la Navidad y el nacimiento del Niño Jesús, aquel que vino para redimir al mundo.
No importa como esperemos la Navidad, lo importante es recibir a Jesús en nuestro corazón para que nos ayude a ser mejores personas cada día.
Por: Yanet Reyes
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