El hijo de Myriam Fefer señaló que su hermana, Eva, preguntó a un profesor universitario, el mismo año del asesinato, cómo hacer para matar a su madre.
Ariel Bracamonte, hijo de la empresaria Myriam Fefer (50), asesinada en agosto del 2006, lamentó que su hermana Eva Bracamonte, principal sospechosa intelectual del crimen, se encuentre presa.
"Que la persona que te acompañó durante 17 años de tu vida, que fue el año en que me separé de mi hermana, esté presa. Una persona con la que yo jugaba, compartía, vivía, adoraba, tenga que pasar
por eso. Eso no me va a cegar en ningún momento, ni me va a bloquear como para que yo no siga luchando por la justicia", manifestó en el programa "Prensa Libre".
Bracamonte aseguró que ahora más que nunca, idolatra a su madre, sobre el amor de su padre y de su hermana.
En otro momento, el joven reveló que su hermana preguntó, el mismo año del asesinato a un profesor universitario, cómo hacer para matar a su madre. No obstante, señaló que el catedrático no quiere brindar su manifestación por temor, por lo que lo instó a ayudar a esclarecer el caso.
"Hay la manifestación de un profesor de la Católica que dice que mi hermana le preguntó cómo puedo hacer para matar a mi madre, pero nadie le prestó atención", señaló.
Sobre viaje a Israel
Bracamonte manifestó que el viaje a Israel no fue una motivación personal de Eva, tal como lo señalará en reiteradas entrevistas, sino que respondió a una expulsión de la universidad, acusada por actos de vandalismo.
Dijo que su madre, completamente desesperada y desilusionada por la actitud de su hija, tomó la difícil decisión pese al peligro al que la exponía.
"Nunca le interesó los estudios. Mi madre lloró a mares. Mi madre veía a mi hermana como la sucesora y fue ahí que va donde el doctor Pinkas Flint y le dice que lo mejor que puede hacer es mandar a su hija a Israel, ahí la van a formar, va a regresar formada y recuperará los estudios perdidos", explicó Ariel en referencia a los verdaderos motivos de la estadía de su hermana en Israel.
Detalló que pese a que fue obligada por su madre a viajar, Eva pudo hacer lo que quería en dicho país. Situación distinta en el Perú, pues Myriam Fefer, incluso, la hizo dormir en el garage de su vivienda como castigo.
Ariel señaló, además, que tras la muerte de su madre, Eva pudo hacer lo que siempre quiso, "llevar la vida como la está viviendo, meter a una pareja a vivir a la casa y hacerla administradora".
Finalmente, expresó que no siente odio hacia su hermana, tras reconocer que fue muy ingenuo al punto de compartir el mismo techo con las posibles asesinas de su madre.
"El amor ciega, yo estaba ciego y es fuerte pensar que fui un estúpido y viví en la casa de dos supuestas autoras intelectuales mirándoles la cara y corrí peligro", sostuvo.
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