Los homicidas indicaron a la Policía como se produjo el secuestro y asesinato de la niña, quien murió asfixiada.
Mientras los restos mortales de la pequeña Tamara Valeri Soto Caballero, de ocho años de edad, son velados en la catedral de Chimbote en medio del pesar familiar, sus asesinos recogen sus pasos y confiesan ante la Policía como perpetraron el crimen que conmocionó a la ciudad.
Según informó RPP, la primera de la menor, Nelly Caballero Villanueva, de 20 años, y su pareja sentimental, Max Alexander Egusquiza Lafora, de 18, participan en la reconstrucción de los hechos en una vivienda del pueblo joven San Luis, en el distrito de Nuevo Chimbote, donde recluyeron y mataron a la niña luego de plagiarla.
Los homicidas dirigieron a efectivos de la Sección de Investigación Criminal (Seincri) y a un representante de la Fiscalía, hacia los lugares por donde se desplazaron y mostraron donde recogieron el dinero dejado por los padres de la víctima, a la espalda de la catedral de ese distrito.
El corresponsal de RPP en la zona indicó que los homicidas revelaron que doparon a la menor y luego la llevaron a esa casa, pero como no se quedó dormida y reconoció al joven, este la asfixió.
El cuerpo de la menor continuará siendo velado hasta las 3:00 p.m. cuando su ataúd sea conducido al cementerio Lomas de la Paz de Nuevo Chimbote, que servirá de su última morada.
Comparte esta noticia