Aunque parezca inverosímil, el proyecto Chavimochic fue concebido en 1960, pero las alternancias cainitas y las rivalidades entre entidades públicas han postergado la incorporación de 40,000 hectáreas a nuestra superficie agrícola y la creación de decenas de miles de puestos de trabajo formales.
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Vivimos acostumbrados a las malas noticias en materia económica, sanitaria y moral. Todos los días recibimos informaciones sobre casos de extorsión, de homicidios, de feminicidios, de robos, de trata de seres humanos y de corrupción. Parecen lejanos los tiempos en que podíamos admirar las cifras de reducción de la pobreza, de creación de empleo, de aumento de la frontera agrícola, de nuevos proyectos mineros y de crecimiento económico. Por eso vale la pena destacar la conclusión de la licitación de la tercera etapa del proyecto de irrigación conocido como Chavimochic. La bella palabra con resonancia mochica es en realidad una sigla que integra cuatro valles que van a ser cruzados por el Canal Madre: Chao, Virú, Moche y Chicama. A lo largo de 250 kilómetros va a fluir agua almacenada en la represa Palo Redondo, nutrida por el río Santa, uno de los más caudalosos de la costa peruana. Aunque parezca inverosímil, el proyecto Chavimochic fue concebido en 1960, pero las alternancias cainitas y las rivalidades entre entidades públicas han postergado la incorporación de 40,000 hectáreas a nuestra superficie agrícola y la creación de decenas de miles de puestos de trabajo formales. Empresas agroexportadoras y familias de agricultores podrán hacer crecer frutas y hortalizas en tierras que hoy son desérticas. El proyecto incluye también el aporte de agua potable a Trujillo, que se consolida como una de las tres ciudades con mayor población de nuestro país. La modalidad adoptada para llevar a cabo la inversión de 750 millones de dólares es la llamada “de gobierno a gobierno”, que aunque le pese a algunos, ha dado buenos resultados en otros grandes proyectos, asegurando celeridad en la realización y control de la corrupción. Destrabar el proyecto Chavimochic ha sido posible por el buen entendimiento entre el gobierno regional de La Libertad y el gobierno central. Ojalá sirva de ejemplo para otras irrigaciones que continúan trabadas, como Chinecas en Ancash y Majes Siguas en Arequipa.
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