Lo que hacemos es complementar o suplir las carencias del sistema publico de la mano del Estado tratar de contribuir a mejorar la situación de la población, informan.
Afectada constantemente por plagas, inclemencias meteorológicas y problemas sociales, la selvática región de Loreto, una de las más pobres de Perú, trabaja junto a la cooperación española para mejorar su débil sistema público de salud.
Bajo el nombre de "Fortalecimiento Institucional del Sector Salud en Loreto y Tumbes", esta última una pequeña región fronteriza con Ecuador, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ofrece apoyo técnico y financiero al sistema sanitario regional.
"Lo que hacemos es complementar o suplir las carencias del sistema publico (...), de la mano del Estado peruano tratar de contribuir a mejorar la situación de la población y que tengan unos mejores niveles de salud", resumió a Efe el director del proyecto, el médico Juan Calvo, natural de La Rioja.
Todo el trabajo se coordina desde la Dirección Regional de Salud de Loreto (DIRESA), un conglomerado de sobrepobladas oficinas de vetustos muebles situado en el hospital de la capital, Iquitos, una ciudad marcada por un húmedo calor que asfixia y el caótico y colorido tráfico de decenas de miles de motos y motocarros.
El espectacular escenario de Loreto, la selva amazónica retratada por el cineasta alemán Werner Herzog en "Fitzcarraldo", es seña de identidad y atracción de turistas de todo el mundo, pero a la vez dificulta las comunicaciones y condena a buena parte de su población prácticamente al abandono estatal.
"De 51 distritos, 40 son extremadamente pobres, 10 muy pobres e Iquitos el único considerado pobre", afirmó a Efe la Directora de Promoción de la Salud de la Dirección Regional de Salud de Loreto, Karina Bustamante.
La AECID trata de paliar esta situación con equipamiento médico y mejora de las infraestructuras de los puestos de salud, pero ni siquiera esta ayuda permite llegar a los pueblos mas alejados, a los que se accede por ríos, vías de comunicación naturales que en épocas en las que baja el nivel del agua se tornan intransitables.
Con esta perspectiva, el trabajo de promoción de la salud y de capacitación de profesionales del sector es básico y supone otro de los aspectos en los que la cooperación española colabora para paliar la situación.
El problema también afecta a Iquitos, cuyos establecimientos de salud se han visto sobrepasados en los últimos años por la intensa migración proveniente de pueblos del interior, creando bolsas de intensa pobreza y graves problemas de insalubridad.
El barrio de Belén es tal vez uno de los puntos donde más presencia tiene este problema: sus calles son una dantesca corrupción de los paradisíacos poblados que reproducen las acuarelas que adornan las agencias de viajes, los restaurantes de comida típica e, incluso, los autobuses urbanos.
En época de subida del río, el barrio es una Venecia pobre de chabolas de madera en la que hasta el pan se vende en canoa, pero al bajar al agua queda al descubierto, entre los palos de mas de tres metros que sostienen las casas, un mar de desechos plásticos y alimentos en putrefacción en el que juegan niños y comen las aves de corral.
También aquí enfermedades como la malaria y el dengue encuentran un lugar idóneo para expandirse, siendo la población infantil y las madres gestantes los que más sufren de enfermedades, motivo por el que muchas de las acciones que la AECID apoya están dirigidas a proteger a estos grupos de riesgo.
A pesar de la compleja situación, los médicos y gestores de todos los puestos de salud coinciden al señalar la importante ayuda que supone la cooperación española, que potencia y ordena la labor de la DIRESA.
"Hasta antes de que estuviera AECID teníamos muchas ideas y ganas de trabajar, pero no teníamos lo medios. Desde su llegada se han mejorado las infraestructuras, el equipamiento, la capacitación del personal y el mejoramiento de la gestión misma", afirmó la coordinadora del proyecto, la loretana Graciela Meza. EFE
Foto: EFE
Bajo el nombre de "Fortalecimiento Institucional del Sector Salud en Loreto y Tumbes", esta última una pequeña región fronteriza con Ecuador, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ofrece apoyo técnico y financiero al sistema sanitario regional.
"Lo que hacemos es complementar o suplir las carencias del sistema publico (...), de la mano del Estado peruano tratar de contribuir a mejorar la situación de la población y que tengan unos mejores niveles de salud", resumió a Efe el director del proyecto, el médico Juan Calvo, natural de La Rioja.
Todo el trabajo se coordina desde la Dirección Regional de Salud de Loreto (DIRESA), un conglomerado de sobrepobladas oficinas de vetustos muebles situado en el hospital de la capital, Iquitos, una ciudad marcada por un húmedo calor que asfixia y el caótico y colorido tráfico de decenas de miles de motos y motocarros.
El espectacular escenario de Loreto, la selva amazónica retratada por el cineasta alemán Werner Herzog en "Fitzcarraldo", es seña de identidad y atracción de turistas de todo el mundo, pero a la vez dificulta las comunicaciones y condena a buena parte de su población prácticamente al abandono estatal.
"De 51 distritos, 40 son extremadamente pobres, 10 muy pobres e Iquitos el único considerado pobre", afirmó a Efe la Directora de Promoción de la Salud de la Dirección Regional de Salud de Loreto, Karina Bustamante.
La AECID trata de paliar esta situación con equipamiento médico y mejora de las infraestructuras de los puestos de salud, pero ni siquiera esta ayuda permite llegar a los pueblos mas alejados, a los que se accede por ríos, vías de comunicación naturales que en épocas en las que baja el nivel del agua se tornan intransitables.
Con esta perspectiva, el trabajo de promoción de la salud y de capacitación de profesionales del sector es básico y supone otro de los aspectos en los que la cooperación española colabora para paliar la situación.
El problema también afecta a Iquitos, cuyos establecimientos de salud se han visto sobrepasados en los últimos años por la intensa migración proveniente de pueblos del interior, creando bolsas de intensa pobreza y graves problemas de insalubridad.
El barrio de Belén es tal vez uno de los puntos donde más presencia tiene este problema: sus calles son una dantesca corrupción de los paradisíacos poblados que reproducen las acuarelas que adornan las agencias de viajes, los restaurantes de comida típica e, incluso, los autobuses urbanos.
En época de subida del río, el barrio es una Venecia pobre de chabolas de madera en la que hasta el pan se vende en canoa, pero al bajar al agua queda al descubierto, entre los palos de mas de tres metros que sostienen las casas, un mar de desechos plásticos y alimentos en putrefacción en el que juegan niños y comen las aves de corral.
También aquí enfermedades como la malaria y el dengue encuentran un lugar idóneo para expandirse, siendo la población infantil y las madres gestantes los que más sufren de enfermedades, motivo por el que muchas de las acciones que la AECID apoya están dirigidas a proteger a estos grupos de riesgo.
A pesar de la compleja situación, los médicos y gestores de todos los puestos de salud coinciden al señalar la importante ayuda que supone la cooperación española, que potencia y ordena la labor de la DIRESA.
"Hasta antes de que estuviera AECID teníamos muchas ideas y ganas de trabajar, pero no teníamos lo medios. Desde su llegada se han mejorado las infraestructuras, el equipamiento, la capacitación del personal y el mejoramiento de la gestión misma", afirmó la coordinadora del proyecto, la loretana Graciela Meza. EFE
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