Tras 20 días de labor de tres gavilanes, controlados por especialistas, se redujo la presencia de palomas en la Plaza de Armas de la ciudad.
Miguel Pajares, director del equipo de control biológico, expresó que los gavilanes han reducido la presencia de palomas en más de un noventa por ciento en las inmediaciones de la Plaza de Arma de Trujillo.
Indicó que durante los veinte días de labor solo se dejan ver un número insignificante de estas aves, a comparación del trabajo iniciado el 18 de agosto, donde se notaba más de 300 palomas.
Recomendó al municipio trujillano seguir con el trabajo de sensibilización a las personas que aún continúan arrojando comida a las palomas porque pueden reagruparse y en tres meses podrían retornar.
El uso de gavilanes para espantar palomas fue la medida adoptada por el municipio trujillano porque las heces de estas aves dañan la estructura del monumento a La Libertad.
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