El caracino Emilio Montañez se dedica formalmente a este negocio desde hace 58 años y sus constantes innovaciones le han permitido obtener hasta 30 diplomas de reconocimiento.
Si hay algo que no puede faltar en las fiestas patronales son los famosos fuegos artificiales, los cuales se convierten en el centro de atención de un pueblo que a través de ellos, expresan su algarabía y rinden homenaje a su santo o santa patrona.
Los hay de distintas formas, tamaños y colores, según sea el gusto del cliente. Lo cierto es que se ha convertido en una tradición y en un gran negocio para quienes se dedican a fabricarlos.
El León del Norte
Emilio Montañez Morales es considerado el pionero en la elaboración de fuegos artificiales en el Callejón de Huaylas (Áncash). Realiza este trabajo desde hace 58 años, tras recorrer el norte del país para aprender este oficio y complementarlos con detalles innovadores.
“Desde niño me gustaba este trabajo, aun en contra de la voluntad de mi padre, quien era policía y no le gustaba que juegue con pólvora”, expresa Montañez, al mencionar que para hacer un buen trabajo hay estar bien preparado debido al peligro que representa la manipulación de la pólvora.
Cuenta, además, que de vuelta a su tierra natal Caraz, capital de la provincia de Huaylas, fundó su empresa de fuegos artificiales El León del Norte y que la primera vez que pudo exhibir uno de sus castillos fue en la fiesta patronal de Ranrairca, luego de la cual se le abrieron muchas puertas que le han hecho ganar hasta 30 diplomas de reconocimiento a su trabajo.
Pero su fama por las innovaciones que presenta en cada uno de sus productos, también lo han llevado a recorrer algunas ciudades como Lima, Huancayo, Cajamarca, Trujillo, Tocache y Tingo María.
Montañez señala que solo en el mes de marzo la venta de fuegos artificiales es nula; sin embargo, refiere que el resto del año la demanda es buena y el negocio más rentable, pues un castillo de 15 cuerpos con cataratas, misileras, bombardas, adornos con inscripciones, ruedas de mano, globos aerostáticos y toro loco cuesta más de cuatro mil soles.
Y si su presupuesto no le alcanza, podría optar por algo más pequeño, un castillo de diez cuerpos cuya inversión bordea los dos mil 500 soles. Cualquiera de ellos, es elaborado en un plazo de diez a quince días.
La costumbre de los fuegos artificiales en una fiesta patronal
“Los fuegos artificiales son un espectáculo de lujo y por ende costoso” menciona Montañez al agregar que ha leído muchos manuales y libros sobre la confección de éstos, con el propósito de impresionar a los espectadores en cada una de sus presentaciones.
Recuerda que una de las fiestas patronales más grandes en el Callejón de Huaylas es la que rinde homenaje a la Virgen de Chiquinquira, patrona también de los colombianos.
En la elaboración de un castillo o demás fuegos artificiales hay que poner los cinco sentidos porque es una gran responsabilidad y tenemos que darle a la gente un espectáculo para disfrutar sin poner en riesgo su integridad, precisa.
La competencia desleal e ilegal
Emilio Montañez también se pronunció en contra de aquellos que irresponsablemente se dedican a elaborar productos pirotécnicos de manera informal, dijo que son las autoridades las llamadas a controlar la venta de insumos que se usan para elaborar estos artefactos.
Por: Yanet Reyes
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