Más de 2 mil 400 personas, entre nacionales y extranjeros disfrutaron del espectáculo multidisciplinario en el Teatro Municipal, con motivo de las fiestas jubilares.
Más de 2 mil 400 personas asistieron al espectáculo artístico multidisciplinario del drama Ollantay y la Orquesta Sinfónica del Cusco, realizado en el Teatro Municipal, con motivo de las fiestas jubilares, informaron voceros de la Dirección Desconcentrada de Cultura.
La obra fue una adaptación libre basada en la obra homónima drama Ollantay, del sacerdote cusqueño Antonio Valdés del siglo XVII.
Participaron en su escenificación 15 actores invitados y 50 músicos de la Orquesta Sinfónica del Cusco. El guion y la dirección general de la obra, estuvo a cargo del maestro Theo Tupayachi, director de la orquesta.
Origen del drama: ( Por: Theo Pacheco)
El drama Ollantay considerado la más antigua expresión de la literatura quechua fue publicado por primera vez en 1957, desde entonces aparecieron distintas versiones en varios idiomas.
El drama relata la historia del valiente general Ollanta y su amor prohibido con Cusi Coyllur, hija del Inca Pachacutec. Ollanta se revela y es apresado y castigado al igual que Cusi Coyllur a quien además la separan de su hija recién nacida (Ima Sumaq); sin embargo, luego de diez años, el nuevo gobernador Túpac Inca Yupanqui perdona al rebelde Ollanta quien por fin logra casarse con Cusi Coyllur y reencontrarse con su hija.
Cabe señalar que por varios años existieron muchas dudas sobre sobre el origen del drama, diversos estudiosos lo consideraron prehispánico, sin embargo las investigaciones de Raúl Porras Barrenechea y más recientemente César Itier, esclarecieron en forma rotunda la paternidad de la obra, señalando como autor al sacerdote cusqueño, Antonio Valdez.
Si bien existen numerosas referencias que indican que el personaje “Ollanta”, si existió como el nombre del pueblo Ollantaytambo y testimonio de viajeros que hacen referencia al “ degolladero de piedra de tambo”, lugar donde fue castigado Ollanta por el Inca, hay que saber diferenciar la leyenda del drama. En la leyenda, Ollanta, (el general rebelde), no es perdonado como sí sucede con el drama de Valdez. Esto no es casual, “el final feliz” tenía una razón política, que ahora ya es conocida.
Cabe precisar como contexto que la enseñanza a través de las teatralización autosacramentales, dramas, y comedias fue común en la colonia. Si en 1782, tuvo lugar la rendición y firma de la paz del último Túpac Amaru rebelde (Diego Cristóbal, Itier, al igual que otros estudiosos sostienen que probablemente para esta ocasión fue escrito el drama Ollantay, con la intención de conciliar la paz entre los rebeldes partidarios de Túpac Amaru y los españoles, mediante una sutil analogía entre el episodio teatral del perdón de Túpac Inca Yupanqui a Ollanta y la firma de paz entre los tupacamaristas rebeldes y los representantes del rey de España que estaba aconteciendo.
La idea de Valdez era lograr que los espectadores del drama (la población nativa que se había rebelado contra España y que ahora se estaba rindiendo a cambio de la amnistía), pudieran identificarse con los personajes de la obra.
Así Ollanta, bajo esta lectura representa Túpac Amaru. Recordemos que ambos tomaron armas por causas justas y nobles. El Inca Pachacutec representa al antiguo rey de España Fernando VI, quien al igual que Inca era poseedor de un poder implacable. El magnánimo Túpac Yupanqui representa al rey Carlos III, quien decide perdonar y establecer una nueva alianza con los nativos que se habían rebelado, Itier nos demuestra que todos los detalles, lugares, acontecimientos y aparente contradicciones del drama, apuntan a comprenderla.
Valdez nació en Urubamba, fue un hombre muy cercano a la población nativa y además muy ilustrado. Fue el único cura cusqueño suscritor del Mercurio Peruano. A pesar de que su vida parece inclinarse a favor de las gestas independientistas de Túpac Amaru y Mateo Pumacahua, conforme a su ministerio evangélico se vio obligado a buscar un camino de convivencia humana, conforme a una ética de perdón, apareciendo como apaciguador y defensor de los nativos
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