Pablo Asparrín Ayala, abuelo materno de la niña, pidió justicia por la muerte de su nieta, así como protección para su familia.
Fueron enterrados en el cementerio comunal del distrito huancaíno de Viques, los restos de la niña de 9 años, fallecida durante una incursión militar en la localidad de Santo Domingo de Acobamba (Junín).
Antes del sepelio, adonde asistieron algunos de sus familiares como sus abuelos, tanto materno como paterno, se realizó una misa de cuerpo presente.
Pablo Asparrín Ayala, abuelo materno de la pequeña Sorayda, pidió justicia por la muerte de su nieta, así como protección para su familia.
“Pido justicia por la muerte de Sorayda, no quiero una justicia corrupta como suele pasar, sino una justicia real. Asimismo, pido protección para mi familia, ya que nos han marginado y amenazado cuando nosotros volvamos a nuestra localidad”, dijo.
El abuelo materno explicó que la madre de la pequeña no fue al entierro porque no pudo, además que la niña creció con él.
Durante el sepelio tampoco se vio la presencia del padre de la menor, quien jamás llegó a retirar el cuerpo de su hija de la morgue, ni acompañarla durante su velorio en la Sociedad de Beneficencia de Huancayo.
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