En lo profundo de las lagunas de Paca y Ñahuimpuquio se ocultan viejas ciudades y tesoros, de acuerdo a las leyendas de los wancas.
Las lagunas de Paca y Ñahuimpuquio no solo atraen por su belleza y las especies que habitan en ellas, también son atractivas por las viejas leyendas que los antiguos wancas contaban a sus hijos para explicar su origen.
La geografía sitúa a la laguna de Paca a 3.5 kilómetros al norte de la provincia de Jauja, está ubicada a 3 418 m.s.n.m., tiene un espejo de agua de 21.40 kilómetros cuadrados y la capacidad de 85.50 mil metros cúbicos, extendiéndose por los distritos de Paca, Chunán y Pancán.
Según la leyenda, Dios adoptó la forma de un anciano pordiosero y bajó a la antigua ciudad de Jauja para comprobar las malas acciones de la gente.
Cuando Dios llegó al pueblo nadie se apiadó de él, solo una mujer que le dio de comer y lo albergó en su humilde casa. Dios agradecido, le pidió que vaya a caminar hacia el cerro más alto y que no volviera la vista a pesar de lo que oiga, si lo hiciese algo malo le sucedería.
La mujer obedeció, pero al escuchar los gritos desesperados de la gente ella volteó a mirar lo que sucedía, convirtiéndose inmediatamente en piedra.
Jauja quedó inundada por castigo de Dios, quien desde el cielo hacía caer gran cantidad de agua desde una tina de oro, dejando a la ciudad sumergida en un lago encantado, el mismo que albergaría una ciudad de oro y sirenas que cantan en las noches de luna llena.
La laguna de Paca, según la tradición, tendría una conexión con la laguna de Ñahuimpuquio, ubicada en el distrito de Ahuac, a 5 kilómetros de Chupaca y a una altitud de 3 430 m.s.n.m.
Ñahuimpuquio que significa “ojo de agua” es de aguas frías y tranquilas, de color azul verdoso debido a la cantidad de algas que hay en su interior.
Esta laguna a diferencia de la laguna de Paca, no esconde una ciudad, sino los tesoros de los antiguos jefes de Chupaca, quienes alertados por la invasión española decidieron entregar al lago todos sus tesoros, entre ellos una campana de oro y dos de cobre, las que todavía se oyen cuando el agua las golpea.
Los pobladores dicen que estas lagunas se comunican de forma subterránea pues muchas veces, sobretodo durante la luna llena se oyen los cantos de las sirenas de Paca acompañadas de las melodías de las campanas de Ñahuimpuquio.
Por: Lizzet Paz
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