Los distritos andinos de Incahasi y Cañaris, ubicados en la provincia de Ferreñafe, tienen altos índices de extrema pobreza y de desnutrición crónica.
Los pobladores del distrito andino de Incahuasi, en la provincia de Ferreñafe (Lambayeque), han vivido por siglos de la agricultura, pero algunos sectores como Marayhuaca, con sus famosos hongos comestibles, están saliendo de ese hoyo, al mejorar su calidad de vida.
Ahora, a los hongos se suma otra alternativa para los comuneros quechuas de Incahuasi y Cañaris. La siembra de trigo ecológico para la producción de harina, también ecológica, que se convertirá en una excelente alternativa para la industria panificadora regional.
El proyecto plantea instalar una planta piloto para la obtención de la mencionada harina ecológica que estaría ubicada en los terrenos de los socios del Comité Conservacionista de Callima, un caserío del distrito de Incahuasi, que será abastecida con trigo sembrado en dicho sector y alrededores en más de 500 hectáreas.
Desde hace muchos años los agricultores utilizan el trigo para su alimentación y el excedente es vendido en Chiclayo. También existen algunos molinos en la zona que solamente obtienen harina gruesa, obtenida al moler el trigo con toda cáscara, que utilizan también para su autoconsumo, y para la preparación de las famosas cachangas, que son tortillas cocinadas sobre piedras planas calientes.
Esta experiencia es factible de ser replicada en otras zonas del país, con similares condiciones bioecológicas que generarán productos como la harina tipo flor, trigo pelado, llamado también mote de trigo y subproductos como el salvado de trigo, alimentos balanceados, de tal forma de darle un valor agregado a los productos agropecuarios, orientados a los mercados nacionales y extranjeros.
La instalación de una planta harinera en la zona andina de Incahasi surge como una necesidad e iniciativa de los comuneros de Callima, que deciden a intervenir en su propia realidad, para alcanzar un cambio sustentable en sus actuales condiciones de vida, a través de una activa y comprometida participación de género.
Por: Juan Cabrejos
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