En la Ciudad Imperial se evidencia a flor de piel el sincretismo cultural existente, una muestra, son as imágenes de Jesús que fusionan elementos andinos y occidentales.
Cusco, ciudad caracterizada por la desbordante expresión de la cultura viva de su pueblo, celebra con devoción la Semana Santa.
La ocasión es propicia para evidenciar una vez más el sincretismo cultural existente en sus manifestaciones, el más claro ejemplo es, sin duda, el “Taytacha de los Temblores”, que traducido significa "Padre o Señor de los Temblores".
La imagen habla por sí sola y representa a un Cristo de tez broncínea, con facciones andinas, cuya procesión y bendición en el atrio de la Catedral, desemboca en un multitudinario paroxismo, donde mujeres y varones devotos invocan con lágrimas en sus ojos la divina protección.
El Taytacha de los Temblores es el Patrón Jurado del Cusco, y de acuerdo a estudiosos de las Ciencias Sociales como el doctor Abraham Valencia, representaría en el mundo andino al Dios Wiraqocha.
El antropólogo Rossano Calvo, en el libro denominado “La Tradición: representación de la urbe andina cusqueña en el siglo XX”, manifiesta que los cristos andinos trascienden la devoción regional en el Perú y el mundo, como el Señor de Qoyllorit’i, una imagen de Jesús crucificado moreno, que se alza grabada en una roca, cercana al nevado del Ausangate.
El mismo fue considerado como una huaka en época de los incas. El santuario está ubicado por encima de los 6 mil metros sobre el nivel del mar. Hasta dicho lugar, llegan miles de peregrinos de todo el mundo, entre los meses de mayo y junio, para expresar su devoción.
Singular importancia también adquiere el Señor de Huanca, un Cristo agachado que recibe azotes, cuya imagen también con tez morena, apareció pintada.
Este recinto religioso se encuentra ubicada en San Salvador, entre la cadena de montaña del Pachatusan, (Apu Andino), a 4 mil 800 metros sobre el nivel del mar. Su día central se festeja en el mes de septiembre y se precisa que el Pachatusan era también una huaka en época de los incas.
Los Apus son cerros que tienen el espíritu tutelar de los pueblos en una región
Según las investigaciones del antropólogo Rossano Calvo, en Cusco existen más de 17 Cristos venerados en barrios, distritos y provincias por las familias de acuerdo a su usanza y costumbre.
Entre ellos se mencionan al Señor de Torrechayoc, una cruz con la imagen de Cristo, cuya especial devoción se respira en la provincia de Urubamba. Se dice que esta cruz fue hecha por los urubambinos con madera del Pisonay, cuando salieron para hacer un camino y que luego la dejaron.
En sueños de los pobladores, la imagen se quejaba de frío y soledad, así que regresaron para llevársela, sin embargo los campesino de la zona se resistieron, pero con engaños lograron sacarlo del lugar y traerlo al pueblo.
En el trayecto se indica que hizo muchos milagros y cuando estaba a punto de ser llevada a su iglesia, quiso quedarse en la entrada de la ciudad. Ante ello, los pobladores decidieron hacerle en este lugar su santuario, cuyo techo es en base a Ichu.
Su fiesta se realiza entre mayo y junio en su capilla y hasta el lugar llegan los comuneros con sus cruces. Luego las llevan para plantarlas en sus chacras para que cuide sus campos de cultivo.
El Señor de la Exaltación es un Cristo de especial devoción en el pueblo de Mollepata, provincia de Anta. Su celebración es el 14 de septiembre y se le asocia con el bienestar de la agricultura.
Según refieren los estudiosos, este sería el Cristo que había enviado Carlos V desde España para fortalecer las labores de evangelización en el Cusco, sin embargo, cuenta la tradición popular que en el sector de Mollepata, se volvió tan pesada que era imposible moverla, por lo que se decidió dejarla en la zona y hacer una réplica para traerla a la Ciudad Imperial.
Así fue que ésta última imagen fue traída al Cusco e ingresó a la Catedral con el nombre de Cristo de la Buena Muerte, y con el paso de los años fue designado como el Señor de los Temblores, patrón jurado del Cusco.
El Señor de Choqekillka es un Cristo representado en una gran cruz en el pueblo de Ollantaytambo y su fiesta principal es el 3 de mayo, durante el Cruz Velacuy o la velación de las cruces.
Por: Adelaida Letona
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