En Enfoque de los Sábados, un grupo de especialistas en este tema alertó sobre la difusión de esta actividad en el país. Habría más de 100 mil mineros informales.
La pequeña y la mediana minería en el Perú han dejado de ser actividades artesanales para convertirse en toda una compleja maquinaria que mueve millones de dólares en un mercado negro.
En Enfoque de los Sábados, el director general de Minería del Ministerio de Energía y Minas, Víctor Vargas, reconoció que esta actividad ha dejado de ser exclusividad de Puno y Madre de Dios para extenderse a todo el territorio nacional.
"La pequeña y mediana minería artesanal es una actividad que se extiende a todo el país. Se inició en Puno y Madre de Dios, luego se extendió a la costa sur, por el terrorismo. Ahora se ha extendido a todo el territorio principalmente por la mejora de precios", señaló el funcionario, tras explicar que el 95% de mineros informales se dedica a la extracción de oro.
Vargas recordó que hace unos años los mineros informales compartían esta actividad con la agricultura. Sin embargo, poco a poco se han especializado solo en la extracción de minerales.
"La minería informal se ha extendido por ser una fuente inmediata de trabajo y por las zonas agrícolas de bajo rendimiento. Los campesinos han visto como opción inmediata de subsistencia a la minería. Ahora, prácticamente en todo el país hay minería informal", apuntó.
Por su lado, el economista Miguel Santillana, investigador principal del Instituto del Perú de la Universidad San Martín de Porres, alertó que el negocio de la minería informal mueve hasta 650 millones de dólares en un mercado negro que impera en el país.
Santillana recordó que en un estudio reciente se encontró que al menos cien mil personas se dedicaban a esta actividad extractiva, cifra comparable a la cantidad de personas involucradas en la minería formal.
"La minería informal mueve entre 500 y 650 millones de dólares, negocio que se tranza en mercados negros en el cual el Estado peruano no recibe nada (por impuestos), y el gran peligro es que mucho del dinero del narcotráfico se está lavando con oro y es un negocio conocido por las autoridades", apuntó el especialista.
A su turno, el ingeniero Antonio Bernales, consultor y director de Futuro Sostenible, entidad que desarrolla proyectos y manejo de conflictos sociales, advirtió que la minería informal está tomando dimensiones preocupantes, al punto que muchas organizaciones importan maquinaria pesada a vista y paciencia de las autoridades.
"Lo interesante es que se ha mostrado la dimensión y escala (de esta actividad), que ya no es de una minería informal. Hay cadenas de gestión del dinero que hacen que muchos pequeños trabajadores laboren en beneficio del parque industrial, ¿cuáles han sido los mecanismos para que ingresen unidades grandes?, ¿cómo se obtienen las licencias?", se preguntó Bernales.
Finalmente, el antropólogo Javier Torres, investigador de la Asociación SER (Servicios Educativos Rurales), alertó que detrás de la minería artesanal habría actores políticos que promoverían la actividad subrepticiamente.
En Enfoque de los Sábados, el director general de Minería del Ministerio de Energía y Minas, Víctor Vargas, reconoció que esta actividad ha dejado de ser exclusividad de Puno y Madre de Dios para extenderse a todo el territorio nacional.
"La pequeña y mediana minería artesanal es una actividad que se extiende a todo el país. Se inició en Puno y Madre de Dios, luego se extendió a la costa sur, por el terrorismo. Ahora se ha extendido a todo el territorio principalmente por la mejora de precios", señaló el funcionario, tras explicar que el 95% de mineros informales se dedica a la extracción de oro.
Vargas recordó que hace unos años los mineros informales compartían esta actividad con la agricultura. Sin embargo, poco a poco se han especializado solo en la extracción de minerales.
"La minería informal se ha extendido por ser una fuente inmediata de trabajo y por las zonas agrícolas de bajo rendimiento. Los campesinos han visto como opción inmediata de subsistencia a la minería. Ahora, prácticamente en todo el país hay minería informal", apuntó.
Por su lado, el economista Miguel Santillana, investigador principal del Instituto del Perú de la Universidad San Martín de Porres, alertó que el negocio de la minería informal mueve hasta 650 millones de dólares en un mercado negro que impera en el país.
Santillana recordó que en un estudio reciente se encontró que al menos cien mil personas se dedicaban a esta actividad extractiva, cifra comparable a la cantidad de personas involucradas en la minería formal.
"La minería informal mueve entre 500 y 650 millones de dólares, negocio que se tranza en mercados negros en el cual el Estado peruano no recibe nada (por impuestos), y el gran peligro es que mucho del dinero del narcotráfico se está lavando con oro y es un negocio conocido por las autoridades", apuntó el especialista.
A su turno, el ingeniero Antonio Bernales, consultor y director de Futuro Sostenible, entidad que desarrolla proyectos y manejo de conflictos sociales, advirtió que la minería informal está tomando dimensiones preocupantes, al punto que muchas organizaciones importan maquinaria pesada a vista y paciencia de las autoridades.
"Lo interesante es que se ha mostrado la dimensión y escala (de esta actividad), que ya no es de una minería informal. Hay cadenas de gestión del dinero que hacen que muchos pequeños trabajadores laboren en beneficio del parque industrial, ¿cuáles han sido los mecanismos para que ingresen unidades grandes?, ¿cómo se obtienen las licencias?", se preguntó Bernales.
Finalmente, el antropólogo Javier Torres, investigador de la Asociación SER (Servicios Educativos Rurales), alertó que detrás de la minería artesanal habría actores políticos que promoverían la actividad subrepticiamente.
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