Todos los especialistas coinciden en asegurar que si continúa la caza indiscriminada de lagartos en los ríos amazónicos, dentro de pocos años se habrán extinguido.
Guerra avisada no mata gente. Así reza un refrán popular que siempre dicen nuestros abuelitos. Y este refrán podemos aplicarlo al tema del lagarto Dirin Dirin, que habita ríos y cochas en nuestra amazonía, y que está amenazado por la caza indiscriminada del cual es objeto ante la vista y paciencia de las autoridades en la región Loreto.
Este lagarto es una de las especie de animales que están en peligro de extinción y sin embargo no está protegido a pesar del peligro que se cierne sobre este hermoso animal.
La alerta fue dada hace tiempo y acaba de remarcárnosla José Álvarez, investigador del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, quien nos explicó que dentro de todas las especies de lagarto que habitan en la selva peruana, la que está más expuesta a la caza es la conocida como Dirin Dirin.
Álvarez señala que es la especie más pequeña y habita en las cochas y por ello está en peligro porque se la atrapa con facilidad y no puede huir de las redes o las trampas de los cazadores.
“Al pequeño lagarto se le ve en todas las quebradas de Loreto y no existe un registro de su población, pero cada vez se la ve con menor frecuencia”, aseguró Álvarez, quien mostró su preocupación por la caza indiscriminada que se da.
Recordó que hace 30 años se mataba a los lagartos negros para comercializar su cuero pero ahora se come su carne y eso la pone en mayor peligro y lo peor es que no exista ningún plan de manejo de este animal como sí existe con la Taricaya, cuyo peligro de extinción se evitó porque se educó a la población en su crianza sustentable.
Álvarez dijo que antes se mataba el lagarto negro para vender el cuero con el que se fabricaba zapatos, carteras, correas pero que al haberse prohibido la venta de cuero se evitó su depredación.
Uno de estos lagartos llega a medir 4 metros y medio y está considerado el más grande de América y es peligroso que se mate para comerlo sin que haya un programa de crianza que beneficie a la gente pero que evite su extinción.
Por: Jaime Vásquez
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