Meditación budista fue organizada por Amnistía Internacional (AI) que promueve la creación de un Tratado sobre Comercio de Armas a nivel mundial.
Más de un centenar de personas se sumaron hoy en Lima a una acción de meditación budista para llamar la atención sobre la violencia armada e instar a los gobiernos del mundo a que colaboren en la creación de un Tratado sobre Comercio de Armas.
Organizado por la sección peruana de Amnistía Internacional (AI) y en el marco de la Semana Mundial de Acción Contra la Violencia Armada, el acto estuvo conducido por el maestro budista Juan José Bustamante, quien guió el acto de meditación por la paz y el desarme en el mundo.
"Ha sido una iniciativa diferente para dar a conocer la necesidad de que las Naciones Unidas impulsen un tratado de control del comercio de armas", señaló a Efe la directora de AI en Perú, Silvia Loli.
Así, durante media hora, unas 130 personas meditaron alrededor de una mandala, un dibujo circular utilizado en el budismo para propiciar la meditación, que incluía en su interior armas de fuego.
Luego se realizó una ceremonia en la que los presentes caminaron en círculos, recogieron flores y destrozaron las armas de fuego creadas al interior de la mandala.
AI también aprovechó la ocasión para presentar una serie de afiches con el texto "No vivamos en armonía con la violencia", lema de la Semana de Acción Contra la Violencia Armada, que impulsan varias ONGs mundialmente desde el año 2005.
"El empleo de armas en el mundo, tanto las de guerra como las ligeras, trastocan las vidas de las personas y de sus derechos fundamentales", afirmó Loli, que señaló que según estadísticas de AI 250.000 personas mueren cada año en conflictos armados, y 300.000 en lugares sin conflictos a consecuencia de las armas de fuego.
"Eso es una muerte cada minuto, además de heridos, personas desplazadas, etcétera", explicó la directora de AI en Perú.
El objetivo de esta Semana de Acción Contra la Violencia Armada es promover que los países productores de armas cumplan con estándares que permitan el control de sus productos y que así no se utilicen para violentar los derechos humanos.
"Algunos países ya declaran los montos de venta de armas, pero no cuántas balas o partes de armas venden, y tampoco se controla cual es el destinatario real", señaló Loli.
EFE
Organizado por la sección peruana de Amnistía Internacional (AI) y en el marco de la Semana Mundial de Acción Contra la Violencia Armada, el acto estuvo conducido por el maestro budista Juan José Bustamante, quien guió el acto de meditación por la paz y el desarme en el mundo.
"Ha sido una iniciativa diferente para dar a conocer la necesidad de que las Naciones Unidas impulsen un tratado de control del comercio de armas", señaló a Efe la directora de AI en Perú, Silvia Loli.
Así, durante media hora, unas 130 personas meditaron alrededor de una mandala, un dibujo circular utilizado en el budismo para propiciar la meditación, que incluía en su interior armas de fuego.
Luego se realizó una ceremonia en la que los presentes caminaron en círculos, recogieron flores y destrozaron las armas de fuego creadas al interior de la mandala.
AI también aprovechó la ocasión para presentar una serie de afiches con el texto "No vivamos en armonía con la violencia", lema de la Semana de Acción Contra la Violencia Armada, que impulsan varias ONGs mundialmente desde el año 2005.
"El empleo de armas en el mundo, tanto las de guerra como las ligeras, trastocan las vidas de las personas y de sus derechos fundamentales", afirmó Loli, que señaló que según estadísticas de AI 250.000 personas mueren cada año en conflictos armados, y 300.000 en lugares sin conflictos a consecuencia de las armas de fuego.
"Eso es una muerte cada minuto, además de heridos, personas desplazadas, etcétera", explicó la directora de AI en Perú.
El objetivo de esta Semana de Acción Contra la Violencia Armada es promover que los países productores de armas cumplan con estándares que permitan el control de sus productos y que así no se utilicen para violentar los derechos humanos.
"Algunos países ya declaran los montos de venta de armas, pero no cuántas balas o partes de armas venden, y tampoco se controla cual es el destinatario real", señaló Loli.
EFE
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