Entre las causas de la desnutrición en Cusco están el limitado acceso al saneamiento básico, hábitos de higiene inadecuados, política de salud erradas, entre otras.
El 38 % de los niños en el Cusco sufren de desnutrición crónica. Esta escalofriante cifra es una muestra de la cruda realidad por la que atraviesan pequeños de la primera infancia en diversas comunidades de la región.
Entre las causas de este flagelo social se hallan la pobreza, como principal factor, limitado acceso al saneamiento básico, hábitos de higiene inadecuados, política de salud erradas, entre otras.
Pero en medio de esta cruda realidad se tiene una pequeña luz de esperanza que le está cambiando la vida a un grupo de niños del distrito de San Jerónimo en la provincia de Cusco.
Vilma Castelo Polo, madre de familia refiere que los Módulos de Orientación y Estimulación Temprana (MONET) son como una bendición del cielo.
“Yo tengo 3 hijos, pero el ultimito me salió bajo de peso, cuando le hice los controles de salud, el médico me dijo que tenía desnutrición crónica; no sabía qué hacer, porque además nosotros no tenemos para vivir y con las justas nos alimentamos”, manifiesta mientras da de comer una suculenta papilla a su pequeño hijo de 3 años.
Para conocer más del tema llegamos hasta el distrito de San Jerónimo donde funciona uno de estos módulos.
Son las 9 de la mañana y las facilitadoras del MONET reciben con una sonrisa a los infantes que van llegando acompañados la mayoría por sus mamás.
La jornada empieza más o menos a las 9:15 a .m., con la sugerente canción de “michi michi juguetón ya se comió un ratón”, algunas madres dejan a sus hijos, mientras otras se quedan con ellos a causa de la corta edad de los pequeños.
Minutos después de entonar unas cuantas canciones, los niños inician con la rutina de juegos, mientras las mamás reciben clases de nutrición a la par de la preparación de alimentos para ese día. Es casi hora y media la duración de esta jornada.
En el ambiente ya se siente un aroma exquisito, los niños salen presurosos a lavarse las manos, mientras las facilitadoras ordenan las mesas.
La comida se sirve y todos comparten un potaje delicioso y nutritivo, algunos piden aumento y otros quedan saciados con un solo plato, al final todos los pequeños se muestran felices.
Esta es la jornada diaria en los Módulos de Orientación y Estimulación Temprana que son una alternativa que le hace frente a la desnutrición.
Por: Vanessa Álvarez
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