Este es un indicio claro de violencia física o psicológica, alerta la ONG 'Acción por los Niños'.
Si un niño se muestra retraído, introvertido, silencioso, no desea comer o recrea contextos violentos para divertirse con sus juguetes, podría estar siendo víctimas de violencia física o psicológica en su hogar por parte de sus niñeras, alertó la ONG Acción por los Niños.
"Los padres de familia tienen que estar atentos al comportamiento de sus hijos y observarlos completamente para identificar conductas extrañas o golpes en sus cuerpos", recomendó la coordinadora general de esa institución, Lourdes Febres.
En caso los padres trabajen y tengan la necesidad de contratar a alguna persona que cuide a sus hijos durante su ausencia, sugirió averiguar sus antecedentes familiares, y si contratan como niñera a una adolescente, acercarse a su centro educativo para conocer su comportamiento.
Febres recomendó también observar detalladamente el comportamiento del menor antes, durante y después de estar en contacto con la persona que los cuida para identificar alguna variación que pueda ser un indicio de algún tipo de maltrato.
"Podemos también pedir apoyo a algún familiar cercano para que visite a nuestros hijos cada cierto tiempo y vigile que todo esté bien y el menor esté bien tratado", agregó la especialista, en diálogo con la Agencia Andina.
De tener las posibilidades de instalar videocámaras de vigilancia en las habitaciones y distintos ambientes del domicilio, la representante de Acción por los Niños indicó que ello también podría ser una buena alternativa para cuidar a los hijos, mientras se van a trabajar.
Al referirse al caso de la adolescente que recientemente maltrató a un bebé cuando lo estaba cuidando en su hogar, Febres invocó a los padres de familia a analizar con profundidad los móviles que la llevaron a violentar al menor, antes de acusarla sin conocer el contexto.
Si bien afirmó que los actos de violencia son condenables desde cualquier punto de vista, explicó que estas actitudes tienen su origen en la "cultura de violencia" que la sociedad peruana aún no logra desterrar.
Precisó, además, que los actos de violencia física cometidos por menores de edad son sancionados con trabajos comunitarios o con el internamiento en centros de resociabilización, según lo establece el Código de los Niños y Adolescentes.
Advirtió que los menores, quienes presentan estas actitudes y conductas retraídas también podrían estar siendo maltratados por sus maestros en sus centros de educación.
-ANDINA
"Los padres de familia tienen que estar atentos al comportamiento de sus hijos y observarlos completamente para identificar conductas extrañas o golpes en sus cuerpos", recomendó la coordinadora general de esa institución, Lourdes Febres.
En caso los padres trabajen y tengan la necesidad de contratar a alguna persona que cuide a sus hijos durante su ausencia, sugirió averiguar sus antecedentes familiares, y si contratan como niñera a una adolescente, acercarse a su centro educativo para conocer su comportamiento.
Febres recomendó también observar detalladamente el comportamiento del menor antes, durante y después de estar en contacto con la persona que los cuida para identificar alguna variación que pueda ser un indicio de algún tipo de maltrato.
"Podemos también pedir apoyo a algún familiar cercano para que visite a nuestros hijos cada cierto tiempo y vigile que todo esté bien y el menor esté bien tratado", agregó la especialista, en diálogo con la Agencia Andina.
De tener las posibilidades de instalar videocámaras de vigilancia en las habitaciones y distintos ambientes del domicilio, la representante de Acción por los Niños indicó que ello también podría ser una buena alternativa para cuidar a los hijos, mientras se van a trabajar.
Al referirse al caso de la adolescente que recientemente maltrató a un bebé cuando lo estaba cuidando en su hogar, Febres invocó a los padres de familia a analizar con profundidad los móviles que la llevaron a violentar al menor, antes de acusarla sin conocer el contexto.
Si bien afirmó que los actos de violencia son condenables desde cualquier punto de vista, explicó que estas actitudes tienen su origen en la "cultura de violencia" que la sociedad peruana aún no logra desterrar.
Precisó, además, que los actos de violencia física cometidos por menores de edad son sancionados con trabajos comunitarios o con el internamiento en centros de resociabilización, según lo establece el Código de los Niños y Adolescentes.
Advirtió que los menores, quienes presentan estas actitudes y conductas retraídas también podrían estar siendo maltratados por sus maestros en sus centros de educación.
-ANDINA
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