Uno de esos ejemplos es Jack, de 10 años, quien a diario ofrece pop corn en la Plaza de Armas para sobrevivir a pesar de los peligros de la calle.
Como en Piura, Chimbote y Cajamarca, en Trujillo, también están presentes los niños que día a día salen a recorrer las calles para vender sus diversos productos, como Jack de 10 años, que con fuente en mano, ofrece sus bolsitas de pop cor.
Jack acude desde muy temprano a la Plaza de Armas para vender su mercadería que diversas personas compran no solo por consumir, sino también para ayudar al pequeño, que se ve indefenso y vulnerable, pero todo un ejemplo a seguir por su ímpetu de salir adelante y ayudar a su familia.
Muchas veces, tal como nos cuenta el pequeño, es perseguido por el serenazgo para quitarle su mercadería ya que está prohibida la venta en este lugar, pero aún así, él lo arriesga todo.
Esta es la triste realidad de nuestro país, donde muchos niños lejos de estar en las aulas y estudiar, se ven obligados a trabajar para ayudar en la economía del hogar.
Los niños generalmente laboran como limpiabotas, canillitas o en la venta de verduras, frutas o dulces y prefieren los lugares masivos para expender sus productos.
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