El mejor homenaje que podemos hacer a las víctimas de la intoxicación masiva en un distrito de Ayacucho es recordar que el Estado, en plena reforma de justicia, también debe poner sus mejores energías mejorar los servicios de educación y salud.
Una vez más, la muerte atroz de nueve compatriotas nos obliga a voltear la mirada a una localidad alta de la sierra de Ayacucho, San José de Ushua, en la provincia de Paucar del Sara Sara. Nueve de sus habitantes han sido víctimas de una intoxicación alimentaria, después de haber asistido a un velorio. Las causas aún no han sido identificadas con precisión.
En un pueblo de 66 viviendas, esta muerte colectiva nos recuerda las carencias del Estado en materia sanitaria y vial, aunque la Fuerza Armada y los servicios de salud hicieron lo posible por cerrar la brecha que separa los pueblos altoandinos de las capitales y desafiaron las inclemencias del clima. El mejor homenaje que les podemos hacer es recordar que un Estado apaciguado, que haya reformado su Justicia y se haya dotado de funcionarios honestos, debe poner sus mejores energías en desarrollar la infraestructura y mejorar los servicios de educación y salud.
Mientras tanto el nuevo presidente colombiano, Iván Duque, ha destinado sus primeras palabras para afirmar tres prioridades: la erradicación de los grupos armados ilegales, la lucha contra la corrupción y (nos suena conocido) la reforma de la justicia. Para lo primero se ha dado treinta días para evaluar las conversaciones en curso con el segundo grupo guerrillero, el ELN y mantener conversaciones con la Iglesia Católica, la ONU y los países amigos. Respecto de lo avanzado con las FARC, Duque ha reiterado que "no hará triza los acuerdos", pero que es necesario que se aplique la justicia, que se establezca la verdad y que se page reparaciones a las víctimas.
Contra la corrupción anunció: “Vamos a sancionar severamente a las empresas, sus dueños y sus gestores que corrompan funcionarios, prohibiendo además que contraten con el Estado”. Para garantizar la confianza ciudadana en el Estado de derecho sostuvo que « el camino de la legalidad demanda que nosotros también trabajemos entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Poder Judicial en una reforma de la Justicia que la haga más eficiente, más confiable y nos permita oportunamente garantizar los derechos de todo. “La reforma de la justicia no da espera", concluyó.
De Colombia a Japón
Bien haríamos en compartir experiencias con uno de los países que más se parece al nuestro, cuya población bordea los 45 millones, con el que tenemos una frontera común de más de 1,600 kilometros a lo largo del río Putumayo, que es nuestro socio en la Alianza del Pacífico y que ya es miembro de la OCDE.
A propósito de justicia igual para todos, vale la pena destacar las excusas públicas presentadas por la prestigiosa Universidad Médica de Tokio, por haber adulterado sistemáticamente y durante años los resultados académicos de las estudiantes mujeres para elevar la tasa de varones en la Facultad. “Creímos erradamente que no valía la pena invertir en mujeres que después del embarazo iban a dejar la carrera », reconoció el Rector, al tiempo que se inclinaba hacia el suelo, en señal de vergüenza y contrición.
Decididamente, en algunos ambientes, el machismo goza todavía de buena salud.
Las cosas como son
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