Francisco Curto reveló que durante su cautiverio su copiloto y él rogaron por sus vidas pese a que sus captores les aseguraron que solo querían robar la aeronave.
Francisco Curto, piloto de la aeronave secuestrada en Nasca, aseveró que durante los 20 días de cautiverio temió por su vida, a pesar que en ningún momento fueron maltratados por sus secuestradores.
En entrevista con "Panorama" Curto reveló que durante su secuestro en Nasca y durante su cautiverio su copiloto y él rogaron por sus vidas pese a que sus secuestradores les aseguraron que solo querían robar la nave.
"Aunque me de un poco de vergüenza pero (le dije) por favor señor no me mate, tengo familia, tengo dos pequeños", narró.
Según manifestó, durante el supuesto viaje de turismo que realizaba junto con siete pasajeros y su copiloto Jorge Ríos una de las pasajeras se sintió mal de repente, por lo que uno de ellos fue a atenderla.
En el momento en que quiso voltear a mirar que sucedía fue encañonado por uno de los hombres y tras recibir amenazas entregó el control de la nave.
Dijo que tras amenazarlos a ellos y a sus familias, les afirmaron que no tenían intención de matarlos sino tan solo de robar la aeronave valuada en más de dos millones de dólares.
Pese a ello, Curto afirmó que en todo momento temieron por su vida y de que no fueran liberados como les habían prometido sus captores.
Según narró tras tres horas de viaje aterrizaron en una zona desconocida para ellos en la frontera del país, para luego ser trasladados encapuchados a una casa de campo en medio de la selva donde estuvieron cautivos por 20 largos días.
Señaló que durante su cautiverio escuchaban una radio en la cual transmitían en portugués el mundial de fútbol, no obstante no aseguró que en ese momento hayan estado en territorio brasileño.
Luego de 20 días fueron trasladados en la misma avioneta en la que fueron secuestrados a una ciudad donde leían letreros en portugués, para luego los llevaran en moto a la ciudad de Cobija en Bolivia.
Posteriormente, dijo, fueron llevados al poblado de Brasilea donde se subieron a un auto negro que los llevo a la frontera con Perú en el poblado de Asis, donde fueron dejados en libertad para viajar a Puerto Maldonado donde se pusieron en contacto con sus familias para ser rescatados.
Curto dijo sentirse muy feliz y agradecido por estar nuevamente junto a su familia, y continuará colaborando con las investigaciones policiales del caso.
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