La playa Chulliyachi cuenta además con ruinas de casas que fueron pobladas hace varios años y un mangle que lo convierten en un buen destino turístico.
Chulliyachi es una de las playas de Sechura en la región Piura que se ha convertido en una de las más concurridas por propios y extraños para disfrutar de un refrescante verano.
Está ubicada a 6 kilómetros al oeste de la capital provincial de Sechura. De arena blanca y fina que es apropiada para ir a descansar o realizar actividades de pesca, generalmente de consumo de donde se extraen las exquisitas cabrillas que son fuente de sustento de las mesas populares.
Sin embargo, lo que pocos conocen es que en esta playa, se aprecian los restos de una ciudad abandonada a consecuencia de un maretazo ocurrido en el año 1983.
La ciudad fantasma
Son cerca de un centenar de casas de barro que aún se pueden apreciar en la zona, las mismas que, según señala el escritor César Arrunátegui, fueron construidas por los pescadores sechuranos.
Allí habrían vivido varios años, pero, la fuerza de la naturaleza arrasó prácticamente con todo cobrando varias vidas y sepultando casi la mitad de las viviendas. Incluso una iglesia que quedó al centro de la playa.
“Los pescadores sechuranos que siempre se han caracterizado por ser muy religiosos construyeron dos iglesias, una que se llevó el mar y otra que está a la entrada de la playa”, señala el escritor.
Imponente Cristo moreno
En la década de los 60, al ver que la población iba creciendo, deciden construir la segunda iglesia que aún se evidencia a unos 200 metros de la playa.
Al ingresar a esta capilla se apreciar claramente cómo es que a pesar de la fuerza de la naturaleza, un muro donde está la imagen del Señor de los Milagros se encuentra casi intacto.
“Es sorprendente, porque han pasado fenómenos, ha soportado muchas lluvias y la imagen del Cristo Moreno perdura con el paso del tiempo”, nos cuenta don César.
Destino turístico
“Considero que las autoridades deberían poner carteles o brindar mayor información a los turistas que lleguen a refrescarse a esta hermosa playa, porque muchas veces pasan de largo y no se percatan que aquí también está nuestra historia", refiere Arrunátegui Novoa.
Nuevo mangle
Otra de las maravillas de esta playa sechurana son los Manglares de Chulliyachi, que son poco conocidos. Tienen una extensión aproximada de un kilómetro y continúa extendiendo su flora hacia el este.
Se ha convertido en el hábitat natural de miles de aves locales y de otras que utilizan este paraje para su descanso.
Como se habrá podido dar cuenta esta playa sechurana es completa ya que el visitante no solo podrá refrescarse en sus aguas limpias y tranquilas, sino que podrá disfrutar de las maravillas de la naturaleza. Además, conocerá algo de historia de esta tierra que un día fue habitada por cientos de pescadores, pero que hoy contrariamente se resiste a morir.
Por: Mayra Amaya
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