Tras recibir el premio Goldman (el Nobel medioambiental) su causa ha generado opiniones divididas.
La campesina Máxima Acuña de Chaupe (44 años) recibió el premio Goldman, considerado el Nobel del medioambiente, por su lucha en defensa de la tierra y del agua en su natal Cajamarca. Sin embargo, la entrega del galardón ha generado opiniones a favor y en contra de su causa. Esta es la historia detrás del caso.
1. Una mina de problema. El proyecto Conga está administrado por la minera Yanacocha, constituida por las empresas Newmont Mining Corporation (51,35%), Compañía de Minas Buenaventura (43,63%) y Corporación Financiera Internacional (5%). Lo que se plantea es traspasar el agua de cuatro lagunas (Mala, Chica, Azul y Perol) hacia tres reservorios y extraer oro, plata y cobre debajo de los humedales.
2. La compra de la tierra. Según la minera, citada por El País de España, en 1996 compró varios terrenos a la Comunidad de Sorochuco, entre ellos el de Tragadero Grande. Sostienen que "la venta se realizó con la aprobación de la Asamblea de la Comunidad Campesina de Sorochuco, y los documentos de venta fueron firmados por los representantes de la comunidad y por miembros que actuaron como testigos, incluyendo al señor Samuel Chaupe Rodríguez, padre de Jaime Chaupe Lozano, esposo de Máxima Acuña".
Máxima asegura que ella compró su tierra en 1994, que posee un certificado de propiedad y que ya en 1996 se negó a vender. En 2011 denunció ante la fiscalía de Celendín, a Yanacocha por intentar arrebatarle por la fuerza su predio. "Desde ese año, vivimos intranquilos, como secuestrados entre las montañas, porque la minera nos acosa y controla nuestras entradas y salidas", dijo.
3. El misterio de las casas. A inicios de 2015, el periodista Ricardo Uceda publicó un extenso artículo sobre este caso en el diario La República. En él reveló que Máxima Acuña y su familia posee otros terrenos adicionales al de Tragadero Grande. La abogada de la familia Chaupe admitió en Noticias SER la existencia de los terrenos, pero dijo que lucha de Máxima Acuña no es por dinero, sino contra el acciones de las empresas mineras.
Uceda en su artículo recordó que la hija de Acuña, Isidora, en mayo del 2014, dijo que no tenían otro lugar para vivir. También evocó declaraciones de la propia Máxima, quien en agosto del mismo año dijo que no tenían recursos para pagar la reparación civil que les fue impuesta en el juicio contra Yanacocha. La sentencia fue apelada y finalmente revertida.
4. Proceso judicial. La ONG Grufides asumió la defensa legal de Máxima Acuña y en diciembre de 2014, la corte de Cajamarca la declaró en segunda instancia inocente del delito de usurpación agravada. Yanacoya asegura que la sentencia judicial no se pronuncia sobre la legitimidad de la posesión por los Chaupe de Tragadero Grande.
Acuña Chaupe le dijo a El País que pese a su situación, su lucha no cesará. "Soy pobre y analfabeta, pero sé que nuestra laguna y las montañas son nuestro verdadero tesoro, y lucharé para que el proyecto Conga no las destruya". Uceda le da la razón y recuerda que la vía judicial no será el camino más corto para encontrar una solución. “Expresamente la sentencia soslaya el tema de fondo, que no es de naturaleza penal. La cuestión de la propiedad se dirimirá en la vía civil, vaya uno a saber en cuántos años más”.
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