En Rapayán se hallan yacimientos arqueológicos que son una especie de ´rascacielos´ en forma de torres de tres o cuatro pisos.
Rapayán es uno de los 16 distritos de la provincia ancashina de Huari. Se ubica en la franja izquierda del río Marañón, sobre los 3 150 m.s.n.m.
En su territorio se hallan yacimientos arqueológicos que son una especie de “rascacielos” en forma de torres de tres y cuatro pisos. En ello radica su valor histórico y turístico.
Sin embargo, todas estas zonas son desconocidas para muchos y han sufrido los embates de la naturaleza, el paso de los años y, lo que es peor, la indiferencia de las autoridades.
ShukusRaqaa y Washqo
Iniciamos nuestra travesía a pie en la Plaza de Armas de Rapayán y luego de diez minutos, llegamos a los sitios arqueológicos ShukusRaqaa y Washqo, cuya antigüedad data de la época preincaica.
Sus construcciones arquitectónicas están hechas a base de piedras planas procedentes de las canteras del lugar y han sido reforzadas con piedras menudas conocidas como “Las Pachillas”.
Basta levantar la mirada para imaginar que estamos en medio de “gigantes”, sí, me refiero a las torres enormes de dos y cuatro pisos que se ubican en el lugar, las cuales aún no se sabe si eran viviendas o almacenes.
Las altísimas murallas del complejo rodean una especia de casas que constan de pequeñas habitaciones con algunos patios comunes que aún están intactos, como el cementerio situado en el lugar.
Otros sitios arqueológicos
Abordamos un vehículo y nos desplazamos al centro poblado El Porvenir, ubicado a unos 15 minutos de nuestro primer punto. Aquí se encuentran los complejos arqueológicos de Taulli y Rurijawan. Ambos tienen edificaciones de piedra similares a las mencionadas líneas arriba y aún conservan algunas torres ovaladas. Sin embargo, el resto del sitio ha sido dañado por el tiempo y la mano del hombre.
En las partes más alejadas de Rapayán se sitúan los complejos arqueológicos Chaupis, Ruyruraqaa, Matacastillo, Waktsacastillo, Uchumarka y Kantumarka. Este último tiene acabados de color blanco de ahí que los lugareños lo conocen como “Casa Blanca”.
Mantenimiento y conservación
El factor común de estos atractivos y valiosos lugares es que necesitan con urgencia trabajos de mantenimiento y conservación, pues han sido duramente afectados por los embates de la naturaleza y principalmente por la indiferencia de las instituciones responsables.
Las autoridades y pobladores de Rapayán solicitan la presencia de los representantes del Ministerio de Cultura, gobiernos municipales y ONG para poner en valor estos sitios arqueológicos que se encuentran en el olvido, a fin de promover el turismo como una alternativa para alcanzar su desarrollo.
Por: Yanet Reyes
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