Animal mide 1.8 metros de longitud y hasta 90 centímetros de altura. Alcanza los 250 kilos y tiene pelaje negruzco. Es la primera vez que se obtienen imágenes.
Personal guardaparque del Santuario Nacional Tabaconas Namballe (SNTN), ubicado en el departamento de Cajamarca, registró imágenes de un escurridizo animal del que hasta el momento solo se habían encontrado rastros y escuchado rumores: el tapir de altura (Tapirus pinchaque), conocido también como tapir andino o de alta montaña.
El personal guardaparque realizó varios ingresos al Área Natural Protegida para instalar las cámaras trampa en diferentes rutas identificadas con anterioridad.
Esta especie de tapir es la más pequeña de las tres que existen en América. Mide aproximadamente 1.8 metros de longitud y hasta 90 centímetros de altura. Alcanza los 250 kilos, tiene pelaje negruzco y con un vellón lanudo que lo protege del frío.
Es considerado un "fósil viviente", único genéticamente e irremplazable, pues estudios científicos demuestran que esta especie no ha cambiado en forma significativa en los últimos 20 millones de años.
Se sabe que no es un animal estrictamente nocturno, pues las primeras horas de claridad matinal y las últimas de la tarde son sus preferidas para su actividad diaria. Era considerado una especie solitaria, aunque la reciente evidencia supone una vida en pareja.
Puede alimentarse durante el día y la noche, pero suele descansar durante el día en densa vegetación. Su alimentación es a base de las gramíneas de los páramos, así como brotes, tallos y frutos del bosque enano que cubre las transiciones vegetativas del ecosistema representativo del santuario.
El tapir de altura se encuentra en la categoría de "peligro crítico", según la legislación peruana (D.S. 034-2004-AG) y en la categoría de "en peligro", de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Apéndice I de la Conveción sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
La desaparición y fragmentación de su hábitat, así como la presión de caza, pueden causar que la especie pierda la mitad de su población mundial en los próximos 33 años.
El rol del tapir de altura es muy importante en los ecosistemas que lo sustentan, pues es dispersor de semillas y polen, asegurando la supervivencia de las especies de páramo y bosques de neblina, función que realizan desde hace millones de años.
El personal guardaparque realizó varios ingresos al Área Natural Protegida para instalar las cámaras trampa en diferentes rutas identificadas con anterioridad.
Esta especie de tapir es la más pequeña de las tres que existen en América. Mide aproximadamente 1.8 metros de longitud y hasta 90 centímetros de altura. Alcanza los 250 kilos, tiene pelaje negruzco y con un vellón lanudo que lo protege del frío.
Es considerado un "fósil viviente", único genéticamente e irremplazable, pues estudios científicos demuestran que esta especie no ha cambiado en forma significativa en los últimos 20 millones de años.
Se sabe que no es un animal estrictamente nocturno, pues las primeras horas de claridad matinal y las últimas de la tarde son sus preferidas para su actividad diaria. Era considerado una especie solitaria, aunque la reciente evidencia supone una vida en pareja.
Puede alimentarse durante el día y la noche, pero suele descansar durante el día en densa vegetación. Su alimentación es a base de las gramíneas de los páramos, así como brotes, tallos y frutos del bosque enano que cubre las transiciones vegetativas del ecosistema representativo del santuario.
El tapir de altura se encuentra en la categoría de "peligro crítico", según la legislación peruana (D.S. 034-2004-AG) y en la categoría de "en peligro", de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Apéndice I de la Conveción sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
La desaparición y fragmentación de su hábitat, así como la presión de caza, pueden causar que la especie pierda la mitad de su población mundial en los próximos 33 años.
El rol del tapir de altura es muy importante en los ecosistemas que lo sustentan, pues es dispersor de semillas y polen, asegurando la supervivencia de las especies de páramo y bosques de neblina, función que realizan desde hace millones de años.
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