Su majestad el ´Frito´

Al escuchar la palabra ‘frito’ en cualquier parte del país, este tiene un significado distinto a cuando se pronuncia en Cajamarca, pues los cajamarquinos de inmediato nos transportamos a ese mundo lleno de sabor, graficamos en nuestra mente a la papa sancochada, pero aderezada reposando sobre un humeante sartén.

A decir de las cocineras locales, a un buen frito no le debe faltar sus tripitas fritas de chancho o, si la ocasión la amerita, trozos pequeños de chicharrón también de chancho. Esto le da un saborcito característico. Si se quiere mejorar el sabor se coloca unas hojitas de culantro con la famosa cebolla china.

Si bien es cierto, el frito no es un plato típico de Cajamarca, pero estoy seguro que es el platillo más popular y también emblema de esta parte del país, que cae bien a media mañana.

Por donde se camina podemos encontrar letreros que indican “frito a sol”, haciendo referencia que el platillo cuesta un nuevo sol. Se debe precisar que el plato de frito cuesta de acuerdo la porción que se pida, pero el costo mínimo es un sol.

Sin embargo, uno de los lugares donde se concentra la mayoría de cajamarquinos, deseosos de encontrar el frito, no es un local exclusivo, sino nada menos que la entrada al estadio Héroes de San Ramón, ubicado en la avenida El Maestro, a un costado del Instituto Superior Pedagógico Público “Hermano Victorino Elorz Goicochea”.

Pero una característica especial de este platillo es la fusión de sabores, se puede decir que es la unión de la costa con la sierra, porque a la papa sancochada aderezada con azafrán y sus tripitas de chancho se le agrega el famoso cebiche peruano, con esto el platillo simplemente queda como para “chuparse los dedos”.

Recuerdo que una de las cosas por las que me gustaba ir al estadio los domingos, a ver cuando jugaba el UTC, era que al llegar el medio tiempo del partido, todos abarrotábamos los puestos de venta y lo que se escuchaba era ¡señora un frito con su cebichito, pero bien servidito!

En Cajamarca no solo se puede encontrar las maravillas que la naturaleza nos dejó, como Baños del Inca, Los Frailones de Cumbe Mayo, o la arquitectura colonial, sino también se puede degustar de nuestra rica comida.

Por: Luis Asencio

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