Jaime Thorne, titular de Defensa consideró que los subversivos estuvieron aguardando el paso de los efectivos. ´Esto no es una guerra, es un asesinato´, sentenció.
El ministro de Defensa, Jaime Thorne, estimó que un grupo de 40 a 50 senderistas perpetraron la embosca en el Cusco, que dejó cinco militares muertos el sábado último.
"Eran un grupo seguramente de 40 a 50 que han estado esperando para llevar a cabo este alevoso ataque", expresó.
A su juicio, los subversivos estuvieron esperando el paso de los efectivos por la zona de de Choquetira, distrito de Vilcabamba, en la provincia cusqueña de La Convención, para llevar a cabo el criminal ataque.
No obstante descartó que este atentado signifique en ningún caso un rebrote en el accionar terrorista.
"Se han aprovechado de una situación, porque lamentablemente es el único paso que había, y ellos (los suboficiales fallecidos) recibieron la orden de custodiar un local electoral", expresó en declaraciones a la prensa tras el arribo a Lima de los cuerpos de los cinco militares abatidos.
"Esto no es una guerra, es un asesinato. Es gente que se esconde tras las bombas para atacar en esa forma. Ellos (los terroristas) con tal de asesinar usan cualquier método, aun los más reprobables y vedados en cualquier tipo de guerra", sentenció Thorne.
Asimismo, informó que los soldados que fueron heridos en ese mismo ataque, se encuentran estables y que fueron trasladados hasta Lima y ya se encuentran en el hospital Militar de la capital.
“Están siendo debidamente atendidos en el hospital Militar. Felizmente ellos están totalmente fuera de peligro”, explicó Thorne.
A bordo de un avión del Ejército peruano llegaron, a las 12:25 horas, los cuerpos de los suboficiales de Tercera del Ejército del Perú Huilber Ángeles Casio, Rusber Albán Torres, Zózimo Cuyo Huamán, Casimiro Arias Uretra y Charles Tananta Yumbato.
Los efectivos militares fallecieron en un atentado terrorista cuando se dirigían a custodiar el proceso electoral de ayer domingo 5 de junio a la localidad de Choquetira, distrito de Vilcabamba, en la provincia cusqueña de La Convención.
Los cuerpos de los militares fallecidos serán trasladados hasta sus respetivos lugares de origen en Lambayeque, Cusco, Jauja y Tarapoto, para recibir cristiana sepultura.
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