A pesar de los años, la tumba del santo popular de Arequipa, Víctor Apaza, es la más visitada en el cementerio La Apacheta.
Gran cantidad de flores frescas, coronas de papel y tela y velas se encuentran en un nicho del pabellón San Hilarión del cementerio general de La Apacheta, donde descansan los restos del último fusilado en la ciudad de Arequipa, Víctor Apaza.
A pesar de los años, la tumba del considerado “santo popular” sigue siendo la más visitada en el cementerio arequipeño.
Cada 1 de noviembre cientos de personas forman largas filas para tocar la tumba de Apaza, dejar su arreglo floral, prender una vela y pedirle una ayuda o un milagro.
José Alfredo Machaca visita la tumba del santo popular desde hace 7 años porque afirma que le hizo un milagro, hacer caminar a su esposa, quien sufrió un accidente y quedó gravemente lesionada.
“Hace 7 años le pedí que mi esposa logre caminar a pesar que los médicos descartaron toda posibilidad que volviera a andar, pero ella ya camina, por eso siempre lo visito, me hizo el milagro”, afirmó.
Apaza fue fusilado en el año 1971 al ser hallado culpable del asesinato de su esposa Agustina Belisario, tras un juicio que se prolongó por dos años y fue seguido por la población, que hasta el momento cree que fue inocente.
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