Hoy en día y frente al incremento de la delincuencia, portar un arma de fuego es una necesidad, al menos para un elevado porcentaje de aspirantes que acuden a la Dicscamec.
¿Sabía usted que según datos de la Dirección General de Control de Servicios de Seguridad, Control de Armas, Munición y Explosivos de Uso Civil (Dicscamec) en Trujillo, el 90% de las personas que solicitan licencia para portar un arma de fuego refieren que el motivo es la seguridad personal? La cifra no luciría exorbitante si tomamos en cuenta que la sensación de inseguridad parece aumentar cada día más.
Y es que ¿a quién no le han arrebatado su cartera cuando caminaba por una calle que aparentemente lucía segura?, ¿quizás fue el celular o la billetera mientras era cogoteado por uno o más delincuentes? Si la respuesta es sí, no se lamente más ya que tal vez no es la única persona que al leer este artículo responda positivamente.
Y si aún tiene la suerte de no ser parte de las estadísticas de violencia entonces debo preguntar: ¿tiene a algún familiar que haya sido víctima de la delincuencia?, ¿o al menos conoce a alguien que haya sufrido un asalto? Convencida estoy de que las respuestas a estas interrogantes son de lejos afirmativas.
Ligada a esta situación hay otra realidad que no podemos ocultar: el alto grado de sensación de inseguridad que se vive en nuestro país, al menos reflejado así en una de las últimas encuestas nacionales sobre esta materia, realizada por la ONG Ciudad Nuestra, en el año 2010, en 23 ciudades del país.
Según dicho trabajo, tres de cada cuatro peruanos se sienten inseguros en la ciudad que residen, siendo Trujillo donde más robos con alto grado de violencia se producen. Frente a esto es inevitable que nuevas preguntas emerjan: ¿qué podemos hacer para sentirnos más seguros?, ¿portar un arma de fuego sería una alternativa de solución?
Personalmente no me atrevería a responder esta última interrogante, pero según el jefe departamental de la Dicscamec, coronel EP (r) José Arauzo Chávez, “Hay personas que se sienten seguras si llevan consigo un arma de fuego”, siendo por lo general empresarios que suelen mover elevadas cantidades de dinero.
“Son las pistolas cañón corto las armas de fuego más requeridas, seguidas de los revólveres calibre 38. Personalmente creo que no hay una relación directa entre el incremento de la delincuencia con la compra de armas de fuego, ya que el año pasado bajó un 9% con relación al 2010”, agregó el coronel EP en situación de retiro.
Asimismo explicó que es necesario aprobar un examen de salud mental por el grado de responsabilidad que implica portar un arma de fuego. Y es que si bien es cierto que una pistola o revólver puede librarnos de una situación peligrosa, también lo es que en manos de la persona incorrecta puede ser una bomba de tiempo.
Por ello antes de decidirnos a comprar un arma de fuego detengámonos a responder estas dos últimas preguntas: ¿cuánto podría aportar un arma de fuego a nuestra seguridad personal? y ¿realmente estamos psicológicamente preparados para asumir la responsabilidad que esto implica?
Personalmente no estoy convencida de que un arma de fuego nos va devolver la sensación de seguridad que alguna vez perdimos. No me imagino, además, enfrentando a un ladrón con una pistola o revólver. Sospecho que temblaría de miedo y me aterra la idea de que el delincuente use el arma contra mí, o peor aún que tras herirlo un juez “garantista de los derechos de los delincuentes” me mande a prisión. No sería la primera vez que una situación así ocurra en este país donde todo es posible.
Dato
En la Dicscamec Trujillo se reportan solicitudes para licencias de arma de fuego entre 60 y 70 mensuales.
Por: Karla Gómez
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